viernes, 29 noviembre, 2024
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UN ESTUDIO MUESTRA QUE LAS MUJERES ASALARIADAS DEL AGRO GANAN MENOS QUE LOS HOMBRES

En su informe la FAO considera que, en general, las mujeres ocupan puestos “marginales” en los sistemas agroalimentarios y deben “tratar con condiciones de trabajo a menudo más difíciles que las de los hombres, en la medida en que se limitan a empleos ocasionales o a tiempo parcial, informales y poco calificados”.

Las mujeres constituyen en promedio el 36% de las personas trabajadoras del sistema agroalimentario en América Latina y el Caribe.

Las mujeres, indispensables en la producción de alimentos, son víctimas de desigualdades, ya que poseen menos tierras, ganan menos dinero y son más vulnerables a las crisis, señaló un informe que dio a conocer esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

La FAO (por sus siglas en inglés) considera que, en general, las mujeres ocupan puestos “marginales” en los sistemas agroalimentarios y deben “tratar con condiciones de trabajo a menudo más difíciles que las de los hombres, en la medida en que se limitan a empleos ocasionales o a tiempo parcial, informales y poco cualificados”. En muchas partes del mundo están muy rezagadas en el acceso a la tierra, a los insumos (fertilizantes, semillas), a la financiación y a la tecnología. “De igual forma, las mujeres que trabajan como asalariadas en la agricultura ganan 82 centavos por cada dólar que reciben los hombres”, detalla.

“La proporción de hombres que poseen derechos de propiedad o derechos garantizados sobre tierras agrícolas es dos veces mayor que la de las mujeres”, en 40% de los países que proporcionan datos sobre la propiedad de la tierra por parte de las mujeres, indica la FAO.

Debido a la falta de recursos e información, “las mujeres también tienen menos capacidad de adaptación y resiliencia ante las crisis climáticas”.

En el primer año de la pandemia de CXovid-19, “22% de las mujeres perdieron su empleo” en las industrias agroalimentarias, frente a solo 2% de los hombres.

Sus ingresos también son inferiores en un 18.4% en el sector agrícola asalariado.

“La eliminación de las disparidades existentes entre mujeres y hombres en lo que respecta la productividad agrícola y los salarios (…) permitiría aumentar 1% el PIB mundial”, destaca la FAO.

De acuerdo al informe respecto a la situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios la igualdad de las mujeres en los sistemas agroalimentarios demuestra la igualdad de las mujeres en los sistemas agroalimentarios podría acabar con la inseguridad alimentaria de 45 millones de personas.

En ese sentido, QU Dongyu, Director General de la FAO, afirma en el prólogo del informe que “si abordamos las desigualdades de género endémicas en los sistemas agroalimentarios y empoderamos a las mujeres, el mundo dará un salto adelante en la consecución de los objetivos de poner fin a la pobreza y crear un mundo sin hambre”.

Cerrar la brecha de género en la productividad agrícola y la brecha salarial en el empleo agrícola aumentaría el producto interior bruto (PIB) mundial en casi 1000 millones de USD y reduciría el número de personas que padecen inseguridad alimentaria en 45 millones.
Los autores explican que, si la mitad de los pequeños productores contaran con intervenciones de desarrollo centradas en el empoderamiento de las mujeres, se produciría un aumento significativo de los ingresos de otros 58 millones de personas y de la resiliencia de otros 235 millones.

Así, se reflexiona en relación a que abordar las desigualdades de género en los sistemas agroalimentarios y empoderar a las mujeres reduce el hambre, estimula la economía y refuerza la resiliencia ante eventuales crisis futuras.
Desde la FAO aseguraron que este informe sobre la situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios —el primero de este tipo desde 2010— “no se limita a la agricultura, sino que ofrece un panorama completo de la situación de las mujeres que trabajan en los sistemas agroalimentarios, abarcando desde la producción hasta la distribución y el consumo”.

América Latina y el Caribe

Según el informe, las mujeres constituyen el 36% de todos los trabajadores del sistema agroalimentario en América Latina y el Caribe, pero muestran una variación sustancial en la proporción de mujeres entre países de la región. Por ejemplo, representan el 54% de las personas trabajadoras del sistema agroalimentario en Bolivia. En algunos países de la región, la proporción ha aumentado desde 2005: en 9 puntos porcentuales en El Salvador, 8 puntos porcentuales en Colombia y 6,3 puntos porcentuales en Ecuador.

El informe destaca que, la proporción de mujeres en la fuerza laboral agrícola es mayor o está aumentando en relación con la de los hombres en las áreas rurales con una alta emigración masculina.

Así, el informe concluye que “la reducción de las desigualdades de género en los medios de vida, la mejora del acceso a los recursos y el fomento de la resiliencia constituyen una vía fundamental hacia la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y unos sistemas agroalimentarios más justos y sostenibles”.

Según aseguraron desde la FAO esto implica “subsanar las carencias relacionadas con el acceso a activos, tecnología y recursos”, y que este estudio “se pone de manifiesto que las intervenciones para mejorar la productividad de las mujeres consiguen buenos resultados cuando abordan las cargas de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados, proporcionan educación y formación, y fortalecen la seguridad de la tenencia de la tierra”.

Adicionalmente, se recordó que “el acceso a guarderías también tiene un notable efecto positivo en el empleo de las madres, mientras que los programas de protección social han demostrado aumentar el empleo y la resiliencia de las mujeres”.