miércoles, 27 noviembre, 2024
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UN ARCHIVO DIGITAL RESCATA A LAS ARTISTAS OLVIDADAS POR LA HISTORIA DEL ARTE ARGENTINO

PLATAFORMA WWW.ENTRELIENZOS.ORG

Las investigadoras Paloma Etenberg y Guadalupe Lobeto iniciaron la ardua tarea de recuperar vida y obra de artistas plásticas locales desde el siglo XIX que han sido muy relevantes en la escena artística nacional pero luego invisibilizadas.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

“Historias entre Lienzos” es un inédito archivo virtual, de acceso gratuito, creado por las investigadoras Paloma Etenberg y Guadalupe Lobeto, quienes hace tres años comenzaron el complejo camino de recuperar vida y obra de artistas plásticas argentinas desde el siglo XIX que han sido muy relevantes en la escena artística nacional, muchas de ellas poco reconocidas, otras muy activas y premiadas, con obra incluso que integra algunas de las colecciones de los museos más importantes del país, pero que han sido borradas del canon de la historia del arte argentino.

Lola Mora, Raquel Forner, Luisa Isella, Julia Wernicke, Grete Stern, Eurgenia Berlín Sarmiento y Procesa Sarmiento o Julie Méndez Ezcurra. Son pintoras, dibujantes, grabadoras, fotógrafas y esculturas, a veces inéditas, otras exhibidas en mecas artísticas locales de la época pero luego invisibilizadas: no aparecen en los libros, no se enseñan en los planes curriculares tradicionales de las universidades, prácticamente no guían las muestras de los museos.

Biografías, obras y contextos

Hoy el archivo –que se puede ver en plataforma www.entrelienzos.org– está formado por 40 artistas con sus correspondientes biografías, obras y contextos. Con un lado B en Instagram más ligero y secular –que suma breves perfiles de artistas en proceso de investigación e informaciones que rondan los intereses de este trabajo– fue declarado “de interés” por la Cámara de Diputados de la Nación porque “es fundamental para contribuir a garantizar una igualdad de oportunidades entre varones y mujeres que históricamente ha sido ajena al mundo del arte”.

Suma a las biografías e imágenes de alta calidad la localización de las obras, así como bibliografía suplementaria recobrada del desinterés de un canon masculino y patriarcal; e incluye su aporte para enriquecer la historia del arte con otras narraciones.

Para la investigación se relevó a más de 500 artistas de una veintena de colecciones de todo el país, buscando “contribuir con la actualización de la historia del arte argentino, con el enriquecimiento del patrimonio cultural nacional y con la puesta en valor de las artistas y sus trabajos”.

Abrir la herencia cultural

“La línea de investigación se corta en la primera mitad del siglo XX porque de esas artistas ya hay datos y testimonios en Internet –dice Etenberg–. El siglo XIX es como la joyita que cuidamos, lo priorizamos porque de esa etapa hay muy poco. En nuestra base de datos tenemos cientos y cientos de nombres, no todos investigados, que forman parte del relevamiento de obra presentada por artistas de todo el país”.

Esa unidad de medida que entroniza al varón preferentemente blanco, heterosexual y de cierta condición social, se abre así a las realidades de otros creadores de herencia cultural.

“Un grupo que nos llamó mucho la atención es el de las artistas que pintaron la patria”, señala Lobeto, como Andrea Bacle, Sofía Posadas, María Obligado de Soto y Calvo o Léonie Matthis, quien tenían la particularidad de un marcado interés en la investigación histórica, por lo que no recreaba sucesos contemporáneos, sino que sus imágenes de Plaza de Mayo son reconstrucciones producto de esas investigaciones personales.

Este archivo busca, además, tirar por tierra la idea de que estas artistas eran marginales a los circuitos centrales de arte. “En esas artistas había un interés genuino por formar parte de un campo artístico y una profesionalización en ese sentido”, indica Lobeto. No eran aficionadas o diletantes (vendieron obra a un valor justo, fueron retratistas, expusieron en grandes museos), fue la crítica las que las excluyó de la historia del arte que, como disciplina, históricamente ha considerado que los varones tienen mayor capacidad de crear capital cultural. Basta remitirse al concepto de ‘patrimonio cultural’, basado en la idea del ‘pater’, figura masculina que da autoridad.