SIGUEN MURIENDO PERSONAS JÓVENES POR CORONAVIRUS: DIEZ VÍCTIMAS FATALES MENORES DE 60 EN LO QUE VA DEL AÑO

En las últimas 72 horas, tres nicoleños menores de 60 años perdieron la vida como consecuencia del COVID-19: un hombre de 41, otro de 57 y una mujer de 47 sin enfermedades preexistentes. Aunque la pandemia golpea con más fuerza a los más grandes, las muertes de menores de 60 no son pocas: constituyen el 16% del total de vidas perdidas en el distrito. La situación se replica (y preocupa) en la provincia, el país y la región toda.

De la redacción de EL NORTE
diarioelnorte@diarioelnorte.com.ar

Lo consignó EL NORTE en su edición de ayer: el Hospital San Felipe informaba este martes el deceso de una mujer de apenas 47 años y sin enfermedades preexistentes como consecuencia del coronavirus. La información se conocía pocas horas después que supiera que en Rosario había perdido la vida otro nicoleño, también joven: de 41 años. Este miércoles el San Felipe informaría otra muerte de una persona menor de 60 años: un hombre de 57.
Es que aunque la pandemia golpea con más fuerza (en términos de decesos y contagios) en las personas mayores, tampoco puede decirse que no genere consecuencias lamentables entre pacientes más jóvenes. En lo que va del año, las vidas que se perdieron en San Nicolás suman un total de 76, según informa en su registro estadístico oficial el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. De esas víctimas fatales, 10 no habían llegado a cumplir los 60 años.
La proporción es similar a la que los sub-60 ocupan en el total de decesos que provocó hasta el momento la pandemia; es decir, contando también las vidas perdidas en 2020: del total de 312 muertes, 48 fueron de hombres y mujeres menores de 60. Casi el 16%.
En cuanto a contagios, la relación inversa: el grupo de los +60 constituye el 16% del total de positivos diagnosticados en nuestra ciudad. El grupo de los pacientes de hasta 59 años representa el 84% del total.

País y región

Naturalmente, las vidas duelen. Todas. Pero también la capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios entra en jaque con pacientes jóvenes que se contagian, se agravan y demandan extensas estadías en las terapias intensivas.
Lo graficó con claridad el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. Señaló que casi siete de cada diez pacientes internados en terapia intensiva fallecen, al tiempo que crece la tasa de internación entre pacientes jóvenes, quienes permanecen más tiempo hospitalizados. “La mayoría de las camas que se liberan es por óbito”, señaló.
La cartera sanitaria nacional también tomó nota de la preocupante situación. En lo que va de abril de 2021, el 56,3 por ciento de los internados en terapia intensiva en hospitales nacionales de Argentina son menores de 60 años, en línea con la tendencia que se viene registrando en otros países de la región durante 2021, tal como informó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De ese porcentaje, el 43,8 % corresponde a mayores de 60 años, el 44,8 % al grupo de entre 40 a 60 y el 11,5 % al grupo entre 15 y 40 años. Además, en terapia intermedia la situación se repite con un 40 % de ocupación de mayores de 60; un 50,7 % correspondiente al grupo etario de entre 40 y 60 y 9,3 % al grupo entre 15 y 40 años.
El patrón coincide con los resultados de un estudio de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) que arrojó “una alta ocupación de camas a predominio de pacientes jóvenes graves portadores de la COVID-19, con un alto requerimiento de asistencia respiratoria mecánica y de posición prono” (boca abajo).

En la región

En una alerta epidemiológica, la Organización Panamericana de la Salud indicó que si bien el número de hospitalizaciones, de internaciones en unidades de terapia intensiva (UTI) y de defunciones por COVID-19 eran más altas en adultos mayores y en aquellas personas con comorbilidades, “a nivel global se observa un cambio del perfil de la edad de los casos hospitalizados, y hospitalizados en UTI, con una mayor tasa de hospitalización en población más joven”.
A nivel regional, la alerta de la OPS menciona los casos de Brasil, Chile, Paraguay y Perú en los que se registra “el incremento de severidad en población menor de 60 años”.
Según el informe, en Brasil cuando se compara la tasa de hospitalización más alta ocurrida en 2020 (13 de julio) con la tasa más alta ocurrida en 2021 (10 de marzo) se observa que los menores de 39 años, y los grupos de 40-49 años así como los de 50-59 años duplicaron el valor de las tasas de hospitalización. El mayor incremento porcentual se registró en el grupo de 40-49 años (56%), seguido por los menores de 39 años (53%) y el grupo de 50-59 años (51%). Entre los adultos mayores de 60 años el incremento fue menor con 32 %.
La situación se replica en Chile, en el que si bien las tasas de ocupación diaria de las camas de UTI muestran que entre abril y diciembre de 2020, a mayor edad, mayor tasa de hospitalización, desde mediados de marzo de 2021 en adelante se observa un cambio en ese patrón. Así el grupo de 50-59 años presentó una tasa mayor que la de los adultos mayores.
Además, en los menores de 49 años la tasa se triplicó con incrementos de 71 % y 65% en los menores de 39 años y en el grupo de 40-49 años respectivamente; mientras que en el grupo de 50-59 años la tasa se duplicó. Por otro lado, en el mismo periodo, el grupo de mayores de 60 años presentó un descenso de 8 % en la tasa de hospitalización en UTI.
En Paraguay las tasas de mortalidad de marzo de 2021 son las más altas registradas desde las primeras defunciones ocurridas en ese país, en todos los grupos etarios.
Luego, al comparar las tasas de mortalidad de diciembre 2020 con las tasas de marzo 2021, en Paraguay se observó que los grupos etarios de 50-59 años y de mayores de 60 años las tasas se duplicaron, en tanto que en los menores de 39 años la tasa de mortalidad se triplicó y en el grupo de 40-49 años se quintuplicó.
Finalmente, en Perú al comparar las tasas de mortalidad registradas en diciembre 2020 con las tasas registradas en marzo de 2021, se observó que tanto en los menores de 39 años y en los de 60 y más las tasas se triplicaron con un incremento relativo de 66 % y 67 %, respectivamente. Mientras que los grupos de 40-49 años y de 50-59 años esas tasas se cuadruplicaron e incrementaron en 73 % y 77 %, respectivamente.