martes, 26 noviembre, 2024
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“SE PUEDE SER PRODUCTIVO CUIDANDO EL PLANETA”

DIÁLOGO CON UNA PAREJA DE PRODUCTORES APÍCOLAS

La producción de miel en la provincia de Buenos Aires se muestra próspera y de hecho, la cantidad de colmenas aumentó casi un 45% durante la administración actual, mientras que hay un 32% más de productores registrados. EL NORTE entrevistó a una pareja de pequeños productores de El Paraíso, Ramallo, que incursionaron en el mundo de la apicultura iniciando su emprendimiento en abril de 2020 y hoy continúan creciendo.

De la Redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar

La producción de miel en la provincia de Buenos Aires se muestra próspera y de hecho, la cantidad de colmenas aumentó casi un 45% durante la administración actual, mientras que hay un 32% más de productores registrados.

Así lo comentó días atrás el ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez, durante una reunión de la Mesa Provincial de Desarrollo Apícola. Allí también destacó el acompañamiento al sector de parte de su cartera, con políticas específicas.

“Además de hacer algo que colabore con la economía familiar queríamos que fuera una actividad que influya positivamente en nuestro entorno, que sirva para generaciones futuras y deje una enseñanza fundamental: se puede ser productivo cuidando nuestro planeta”, aseveró desde la localidad de El Paraíso (Ramallo) Mara González, quien junto a su marido Alejandro Marbán crearon el emprendimiento “Mieles del Paraíso”. Se trata de una pareja de jóvenes que incursionaron en el mundo de la apicultura, basándose en la experiencia previa de él -que había trabajado en el rubro hace unos 20 años- y la apuesta conjunta de comenzar un proyecto propio, que se cristalizó en abril de 2020. Ambos tienen otros trabajos, de donde obtienen los fondos necesarios para hacer funcionar el engranaje de la producción de miel.



“Haciendo una evaluación general vimos que las costumbres alimentarias de la sociedad fueron cambiando y se están llevando más para el lado de la alimentación saludable. Por otro lado, es un sector que te permite arrancar desde abajo e ir progresando paulatinamente”, comentó Alejandro.

Producción

Acerca de las dimensiones del emprendimiento y cómo se organiza su trabajo, los entrevistados indicaron que cuentan con 10 colmenas y un solo apiario (grupo de colmenas). “En nuestra zona tenemos una producción de miel de 35 kg. por colmena por año, en tiempos de lluvias normales y colonias bien pobladas. Los tiempos de producción dependen de cuánta oferta floral haya en el campo, y su recolección se da cuando la miel está operculada (fina capa de cera que las abejas hacen sobre los panales aptos para cosechar)”, detallaron.

En cuanto a la cantidad de abejas, sostuvieron que es muy variable según la época del año. “En verano cada colmena puede contar con hasta 60.000 abejas obreras, y entrando al invierno ese número puede reducirse a la mitad”, dijeron.



“Nosotros hacemos todo, desde el trabajo en el campo hasta su extracción, envasado y distribución; lo que nos permite garantizar la calidad, inocuidad y pureza de nuestro producto”, indicaron con orgullo los pequeños productores, que día a día se nutren de nuevos y específicos conocimientos para plasmar en su tarea a través de diversos cursos y capacitaciones del INTA y de otras entidades.

Inicialmente la comercialización de su producto era en su núcleo familiar y de amistades cercanas, pero luego fue creciendo por las recomendaciones y también a través de la difusión en redes sociales, lo que desencadenó en nuevos clientes en las zonas del partido de Ramallo y la ciudad de San Nicolás.

Sortear dificultades

Como en todo emprendimiento, deben afrontar piedras en el camino. “Desde el punto de vista económico, las mismas dificultades que todo el país, tratar de adelantarnos a los insumos necesarios por la inflación. Desde lo ambiental el mayor problema en nuestra zona son los agroquímicos a los que se exponen las abejas cuando salen a trabajar. Pasa como todo, cuando sos productor pequeño muchos agricultores no te tienen en cuenta a la hora de hacer las aplicaciones de insecticidas, lo que deriva en la muerte de miles de abejas, y hasta de colmenas enteras”, lamentó Mara.



Por su parte, Alejandro marcó que “hace falta financiamiento para adquirir colmenas y material vivo”. Reconoció que “hay créditos para los apicultores que buscan expandirse, pero no son aptos para la realidad que vivimos los pequeños productores dadas las tasas altas de interés”.

Un símbolo de familia

Recientemente, “Mieles del Paraíso” trabajó en el diseño de su marca, manteniendo el mismo que tradicionalmente representó a la familia de Alejandro. “Nuestro símbolo proviene desde la generación de mi bisabuelo, quien vino de Italia a los 14 años de edad, y en Argentina se dedicó a la agricultura. Fue él quien diseñó esa imagen para marcar los caballos que en esa época se usaban para tirar los arados. Luego, con la llegada de la tecnología y la adquisición de tractores, mi abuelo y su hermano utilizaron esta marca para señalar el ganado. Ya la generación de mi mamá no la utilizó dado que no se dedicaron a trabajos rurales. Y ahora, cuatro generaciones después, nosotros usamos el símbolo con este proyecto familiar”, recordó.