PARA COLMO EL MUNDIAL RECIÉN ES EN NOVIEMBRE

En la famosa guerra contra la inflación es hora de ir levantando una bandera blanca y pedir piedad. La política se desangra pensando siempre en las elecciones y por ahí alguna voz mesurada pide cordura. Todo se asemeja a un polvorín con mucha gente fumando alrededor y para colmo el mundial, que siempre sirve para tapar errores, recién es en noviembre.

Germán Rodríguez
redaccion@diarioelnorte.com.ar

El pasado martes a la tarde, en un emotivo acto bajo el feroz rayo de sol otoñal en el anfiteatro del parque San Martin, se hizo entrega de escrituras a más de 400 familias, lo que estuvo muy bien y donde participaron el intendente, el Ministro de justicia Alak y la concejal Comerio, que son de palos políticos distintos. Después del bochornoso round donde el Ministro Berni vino a bardear en la entrega de patrulleros y el gobernador se hacia el pícaro con una sonrisita socarrona, lo que tranquilamente podían haber debatido a puertas cerradas y que provocó el enojo de Passaglia, se podía esperar que también se tiroteen de lo lindo en este acto, pero, mesurada y racionalmente fue todo en un clima apacible y destacando que las diferencias políticas deben ser solamente para la época de campaña y que finalizadas las mismas todos deben trabajar en conjunto por el bienestar de los ciudadanos. ¿Utopía y razón?

En este caso la lógica nos indicaría que debe ser así, el imperativo categórico kantiano que nos indica que la verdadera libertad es actuar acorde a lo que está bien y no influenciado por nuestros instintos salvajes de avaricia, envidia, deseo y furia, nos llevaría a pensar que el objetivo de la política es solucionar los problemas de los argentinos y no estar en una continua y eterna campaña.

Pero el factor humano nos demuestra que predomina lo dionisiaco, lo salvaje y primitivo del egoísmo de cada ser, los impulsos de muerte que denunció Hegel, eso que nos lleva a querer dominar al otro, en volverlo en nuestro esclavo sin miedo a la muerte.

Así somos

Ahora ¿Cómo somos? Y no le echemos la culpa solo a la política. La otra noche Boca Juniors fue a Colombia a jugar contra Deportivo Cali. Lo lógico indicaría que todos como argentinos deberíamos desear que nuestros representantes en un país extranjero, tengan un buen resultado, lo que por ahí uno habrá sentido de más niño, cuando la inocencia se mesclaba con las buenas costumbres. Sin embargo la derrota del xeneise alegró a la gran mayoría de los hinchas de otros clubes del futbol argentino que hasta festejaron los goles del equipo colombiano. Ahí todo puede explicarse por la pasión, las gastadas y el folclore de la pelota. De las pulsiones destructivas que quieren ver sufrir al rival perdiendo toda lógica.

¿Porque la política seria diferente?

¿Porque creer que aquellos que están en la oposición no van a desear que al gobierno de turno le vaya mal, para así mas adelante ser elegidos? ¿Qué detendría a las pasiones de poder en contra del bien común? Acá no importa si la victima de las malas decisiones es el pueblo argentino. Acá importa que las posibilidades de llegar al poder, esa dama seductora y cruel, son más accesibles. Y ahí se juega a lo destructivo, a gobernar sobre tierra arrasada, a la aparición de figuras místicas y mediáticas que se autoproclaman salvadores y juegan con la estupidez humana que solo divide la actitudes entre buenos y malos, como si los libretos de la humanidad fueran guiones de Hollywood

Por más que la lógica indique lo contrario vivimos en una continua campaña electoral donde el que está del otro lado, no todos pero muchos si, desean el mal al otro para tomar el poder, para sentarse en esa silla de la que pende una espada de Damocles cada vez con el hilo más fino.

Si, como dijo el ministro Alak en nuestra ciudad, lo racional como gobernantes es solo debatir ideas en campaña y luego formar un grupo unido que solucione problemas. Pero nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio cantaba Serrat entre amor y faltas.

Y ¡gracias por el whisky troncho!