viernes, 29 noviembre, 2024
Edición Diaria
Edición N°

La odisea de conseguir ropa para la diversidad corporal: la ley de talles sigue sin cumplirse

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO Y DERECHOS

Mediante la Ley 27.521 se establece un Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti) para la fabricación y comercialización a partir de los 12 años, incluyendo el calzado y uniformes. La misma fue reglamentada en 2021, pero pocos son los negocios que cumplen con la  normativa. EL NORTE recorrió comercios locales. Cuatro de cada cinco argentinas tienen problemas para encontrar su talle de ropa. América Latina encabeza el podio de discriminación de cuerpos no hegemónicos.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

Según la ONG argentina AnyBody, cuatro de cada cinco argentinos expresaron que tuvieron problemas al momento de encontrar ropa de su talle, ya que los mismos son más pequeños y no coinciden con el pedido realizado por los clientes. De acuerdo a la normativa implementada por el Gobierno, cada comercio o fabricante debe identificarse con la tabla de talles que establezca el Suniti y deberá ser exhibida. En una recorrida por los negocios de ropa de nuestra ciudad y charlando con empleadas sobre los talles que pueden encontrarse en el lugar, incluso en locales que expresamente se definen como de talles grandes, una de ellas expresó: “Yo le pido a mi jefa que traiga talles más grandes, pero ella una vez me dijo ´Pero si eso es una carpa´”. Y señalaba una remera mediana, que a una persona con sobrepeso no iba a quedarle.

En casos donde no se cumplen las disposiciones, puede aplicar las sanciones establecidas en la Ley de Defensa del Consumidor como apercibimiento, multa o inhabilitación.

Los establecimientos de venta de indumentaria de moda y textiles deben garantizar condiciones de atención y trato digno y equitativo a las y los consumidores. Será considerado acto discriminatorio a cualquier práctica abusiva, vejatoria o estigmatizante referida al aspecto físico, género, orientación sexual, identidad de género u otra característica de las y los consumidores.

Luego de consultar varios comercios, en un negocio tenían disponibilidad de talles y había variedad en modelos y colores para que cada persona pueda elegir llevarse ropa que le quedase cómoda y linda a la vez, que no solo le quede bien, sino que también le guste. Ya que en muchas oportunidades la ropa para personas con sobrepeso suele ofrecerse en colores oscuros y sin variedad, para que la gente pueda elegir.

POCA OFERTA Y SOBREPRECIO

La activista por la diversidad corporal, Dana Álvarez, señaló que antes no había muchas prendas grandes en locales y que, en su mayoría, tenían sobreprecios, por lo que consideró hacer su propia ropa. Sin embargo, evaluó que algunas cosas han cambiado desde la popularización del movimiento body positive.

La referente explicó que actualmente la situación es distinta para ella: “Ante una discriminación no me quedo callada, y veo a más gente que se indigna cuando ocurre una situación de ese tipo. Hoy la oferta de talles aumentó, pero sigue siendo ínfima”.

Cuatro de cada cinco argentinas tienen problemas para encontrar su talle de ropa. América Latina encabeza el podio de discriminación de cuerpos no hegemónicos.

En los últimos años, movimientos feministas como #NiUnaMenos empezaron a visibilizar temas de desigualdad de género, lo que despertó una toma de conciencia y significó una enseñanza sobre problemáticas desconocidas por gran parte de la sociedad. Y de a poco van cambiando actitudes públicas y se va transformando nuestra comprensión de la igualdad de género. Esto ocurre no solo en la Argentina, sino en el mundo.

Entre otras cuestiones, se pusieron en debate los estándares de belleza hegemónica que afectan la imagen corporal que condicionan y, a veces,  dañan. Si bien se avanzó y se avanza –los movimientos body positive son un ejemplo de esto–, aún falta mucho en esta deconstrucción.

Según la ONG argentina AnyBody, cuatro de cada cinco consumidores argentinos declararon que tuvieron problemas para encontrar ropa de sus tallas, y un 47% de los que no pudieron encontrar su talla terminaron cuestionando su cuerpo como consecuencia de eso.

BAJA AUTOESTIMA Y DISCRIMINACIÓN 

Aunque hay algunas iniciativas que tratan de mitigar este efecto, esta brecha entre el mandato hegemónico y la auténtica diversidad corporal genera opresión, malestar y baja autoestima entre los que no encajan en la norma, y esto en general afecta más profundamente a las mujeres.

De acuerdo a una investigación de la Organización Publicitarias, casi 9 de cada 10 mujeres piensan que la imagen física afecta la satisfacción vital y un 86% abandonó alguna actividad porque no se sentía cómoda con su cuerpo.

La discriminación hacia personas cuyos cuerpos se escapan de la belleza hegemónica tiene los niveles más altos globales en Latinoamérica. El estudio revela, además, que hay ciertos patrones atribuibles a la Argentina exclusivamente. Si bien el prejuicio atribuido al tamaño corporal es similar en toda la región, en  nuestro país, la discriminación por la forma corporal es hasta cinco veces mayor.

Desde ya que este tipo de discriminación no impacta por igual sobre distintos géneros o segmentos etarios. Las mujeres sufren el doble de discriminación que los hombres a causa del tamaño corporal, y casi el cuádruple por la forma corporal, lo cual resalta la brecha en la mirada estereotípica de nuestra sociedad.