jueves, 28 noviembre, 2024
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La Corte Suprema rusa prohíbe el movimiento LGTBIQ+ por “extremista”

La Corte Suprema rusa prohibió el “movimiento LGTB internacional” y sus “filiales” en Rusia por extremismo, en pleno giro ultraconservador del país. La decisión allana el camino para emprender acciones legales contra cualquier grupo que defienda los derechos LGTBIQ+ en Rusia.

El juez de la más alta jurisdicción del país, Oleg Nefedov, ordenó calificar “de extremistas al movimiento internacional y sus filiales” y pidió “prohibir sus actividades en el territorio de la Federación rusa”, según informó la agencia de noticias AFP. Nefedov, que leyó su veredicto ante la prensa el martes pasado, precisó que la decisión entraba “inmediatamente” en vigor.

El Ministerio de Justicia ruso había pedido a mediados de noviembre prohibir y calificar al “movimiento internacional LGTB” de “organización extremista”.

Cualquier actividad relacionada con lo que las autoridades rusas consideran como preferencias sexuales “no tradicionales” podría ahora ser sancionada por “extremismo”, un delito castigado con duras penas de prisión.

Hasta ahora, las personas LGTBIQ+ se enfrentaban a fuertes multas si realizan lo que las autoridades denominan “propaganda”, pero no a penas de cárcel.

Desde que inició su ofensiva contra Ucrania en febrero de 2022, el Gobierno multiplicó las medidas contra ese colectivo, alegando defender a los niños frente a conductas a su juicio inaceptables, y presentándose como un baluarte moral frente a la “decadencia de Occidente”.

“El poder ruso olvida una vez más que la comunidad LGBTIQ+ son personas, ciudadanos de este país como de los otros. Y ahora no solo quieren hacernos desaparecer del espacio público, sino prohibirnos como grupo social”, dijo hace unos días Dilia Gafurova, directora de la fundación Sphere, defensora de los derechos de la diversidad sexual en Rusia.

Un historial de persecución

En noviembre pasado, los legisladores rusos también aprobaron un proyecto de ley que prohíbe todas las formas de “propaganda” LGBTIQ, una medida con consecuencias de gran alcance para la publicación de libros y la distribución de películas.

Rusia ha sido durante años un entorno inhóspito para cualquiera cuyas opiniones difieran de la interpretación de línea dura de los “valores tradicionales” promovida por el Kremlin bajo Putin y los dogmas de la Iglesia ortodoxa.

El país aprobó una notoria prohibición de la llamada “propaganda gay” en 2013. Inicialmente solo se aplicaba al contenido disponible para niños, pero desde entonces se amplió notablemente, para reprimir casi cualquier expresión pública de la disidencia sexual.

El matrimonio entre personas del mismo sexo también fue efectivamente prohibido en 2020 mediante una enmienda constitucional que estipula que el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer.

De 49 países europeos, la organización Rainbow Europe clasificó a Rusia en tercer lugar desde abajo en términos de tolerancia hacia las personas LGBTIQ.