miércoles, 27 noviembre, 2024
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Edición N°

LA CACHETADA QUE NOS RECUERDA QUE ESTE AÑO YA ESTÁ PERDIDO

CRÓNICAS DE LA TIERRA MEDIA

La cachetada de Will Smith sonó más fuerte que el bombardeo a una universidad de Ucrania, que los índices de pobreza en Argentina y que la crisis ambiental del mundo (no que el sorteo del Mundial, obvio). El debate sobre si estuvo bien o mal sumó una página a la histórica guerra de los sexos y a los estereotipos del new macho.

German Rodríguez
redaccion@diarieolnorte.com.ar

Películas aburridas que siguen ganado premios, discursos en inglés traducidos rápido y mal, vestidos fabulosos que a nadie le importan, eran hasta ahora la imagen que nos daban los grandes premios de la academia de Hollywood hasta que, como anunció Chris Rock en ese momento, la cachetada de Will Smith hizo historia. Tras salvar al planeta de varias invasiones de extraterrestres, el moreno actor hoy nos salva del tedio y Schopenhauer estaría agradecido.

A saber, los aplaudidores de todo lo ovacionaron en su emotivo discurso, escupitajo de por medio, donde justificó la violencia por el amor. El actor, tan millonario que ya se cree Dios, expresó que tiene una misión divina y que es la de dar amor, como el Sr. Burns drogado, pero dejó uno de los mejores memes de los últimos tiempos. Dijo que hacemos cualquier cosa por amor y las mujeres golpeadas, violentadas y abusadas por loquitos de amor se lo agradecen.

El mundo, mis amigos, es una joda, una gigantesca broma absurda, sin sentido, al que tratamos cómicamente de darle uno.



Hace semanas parecía que el planeta se paralizaba por la guerra, que era el preludio del apocalipsis, de la tercera contienda mundial, que Putin estaba listo a invadir Occidente y todo ese circo mediático y tendencioso que se aprovecha de la paja mental del espectador medio. Ucrania resiste, los muertos se suman de a miles en ambos bandos y aparecieron todos los expertos en guerra (anteriormente expertos en pandemia) a recorrer los canales de televisión contándonos muy mal de qué se trata el conflicto.

Hoy los peritos avezados de conflictos bélicos se han transformado en expertos de Will Smith y no paran de analizar lo ocurrido (bue, como estoy haciendo yo ahora, ¡mierda!).

Macho nuevo

Entonces surge el debate de qué es un macho. ¿Está bien que el tipo ante los ojos del millones de espectadores (ponele) le haya metido una cachetada al presentador porque hizo un chiste malo de la mujer? Y si lo decimos así parecería que está bien. Pero no, las personas públicas deben entender, como el mismo Will Smith dijo después en su discurso, que son el centro de atención de una nueva realidad virtual en donde todo el mundo está conectado y opina y que por eso serán objeto de críticas despiadadas. Cualquier mortal amo de casa si postea algo, puede estar en la mira de las peores burlas. Nadie se salva de la cruel mirada del otro que, como ya nos contó Thomas Hobbes, en un estado sin reglas, en un ambiente sin control, no duda en atacar y mostrar el lado más salvaje, despedazando al otro, como le gustaría hacer de no existir la “ley”.



Lo que uno puede analizar de las imágenes (ya que estamos al pedo, analicémoslas) es que en un primer momento Will Smith se ríe del chiste que hace Rock, pero que cuando ve la cara de culo de la mujer se imagina la que le espera en casa y entonces rápidamente deduce: prefiero pegarle una cachetada a este salame antes que aguantar a esta loca recriminándome que no hice nada. Y bueno, el resto ya es historia conocida. Por ahí también se cuenta de un entretelón de cuernos, celos y no sé qué, lo que le quitaría la épica al sopapo.

¿Un macho debe defender el honor de una mujer con violencia? Pregunta complicada. Si es un ataque físico, obviamente que sí. Ahora, si hay una agresión verbal, no debería salirse de ese carril. Aunque también seguramente la mujer objetaría que ella se defiende sola y punto y aparte.

Cada persona es un mundo y el mundo de los machos, que tanto daño ya ha hecho a este desabrido planeta, debería terminar de una vez por todas.

P. D.: Gracias por el whisky troncho.