jueves, 28 noviembre, 2024
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“Elige tu rol, ¿actúas o no?”, la campaña para elegir videojuegos no sexistas

SESGOS DE GÉNERO

“Cuando haces una buena elección de videojuegos también estás educando”, destaca la campaña que lanzó la Unión española de Asociaciones Familiares (UNAF) para mostrar la importancia de acompañar a los menores en el uso de videojuegos para evitar la profundización de estereotipos.

Cuando se lanzó “Horizon zero dawn” algunos usuarios criticaron que el personaje principal fuera ´poco sexy´. ILUSTRACIÓN WEB.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

Bajo el lema “Elige tu rol, ¿actúas o no?”, una campaña española interpela a padres y madres a prestar atención a los estereotipos sexistas que se transmiten en algunos videojuegos y ofrece recomendaciones generales a tener en cuenta para elegir cuál es el más adecuado.

“Cuando haces una buena elección de videojuegos también estás educando”, destaca la campaña que ha lanzado la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) para mostrar la importancia de acompañar a los menores en el uso de videojuegos para evitar el aprendizaje de estereotipos y comportamientos sexistas.

ESTEREOTIPOS Y CONSEJOS

A través de tres vídeos para redes sociales con estética de videojuegos, se muestran algunos ejemplos de los estereotipos más comunes que se pueden dar en los personajes masculinos y femeninos para advertir sobre su existencia y evitar que los menores los aprendan y reproduzcan.

Además, ofrece algunos consejos a los progenitores, como revisar la edad recomendada y las etiquetas de contenido que aparecen en los códigos PEGI (clasificación con la edad mínima), hablar sobre los contenidos del videojuego con los hijos, observar cómo reaccionan ante ellos y jugar en familia.

“Tal como explica la campaña, cuando haces una buena elección de videojuegos, cuando prestas atención a los contenidos, cuando dialogas sobre ellos y supervisas los modelos de comportamiento, también estás educando”, destacó Ascensión Iglesias, presidenta de UNAF.

Esta campaña, que se suma a otras campañas de UNAF para sensibilizar frente al sexismo en el juego, cuenta con la subvención del Ministerio español de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF (X Solidaria o Fines Sociales en la Declaración de la Renta).

ROLES FEMENINOS, MENOS PROTAGONISMO

Un estudio británico que analizó más de 13.000 personajes de distintos títulos puso en evidencia que los roles femeninos tienden a tener menos protagonismo en las historias. Pero no solo eso: los usuarios reclaman si las heroínas no están vestidas en bikini o no tienen suficiente atractivo sexual.

El resultado fue publicado por The Royal Society y dio pistas de un fenómeno similar al que sucede en otras expresiones culturales y ámbitos. Tomando en cuenta una muestra de 50 exitosos juegos de rol, que incluían más de 13.000 personajes y más de 6 millones de palabras de diálogos, llegaron a la conclusión de que el 35,16% de lo que se dice en estos títulos viene de personajes mujeres.

Además, el estudio reveló que solo el 22% de los juegos permite a los usuarios elegir el género del personaje que ocupan y que los diálogos suelen perpetuar estereotipos, ya que las mujeres en los videojuegos muestran más gratitud, se disculpan más y usan menos garabatos.

UN LUGAR POCO SEGURO

La baja representatividad femenina en los videojuegos contrasta con otro factor que ha sido comprobado por varios estudios: el hecho de que la proporción de jugadores se divide prácticamente en un 50 y 50 entre hombres y mujeres. A pesar de esto, parece ser que el mundo gamer sigue siendo creado por y para el género masculino.

Muchas mujeres decidan usar nombres de usuario masculinos o neutros para conectarse a sus juegos preferidos para evitar acoso.

En la misma línea, la constante sexualización de los personajes femeninos también ha estado sobre el tapete al hablar de sesgos de género en los videojuegos.

A pesar de la deuda pendiente, el estudio publicado por The Royal Society indicó que, considerando las últimas cinco décadas, cada diez años sube un 6% la participación femenina, un ritmo que permitiría que recién en 2036 se terminara la brecha.