viernes, 29 noviembre, 2024
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El obstetra que salvó a mujeres en plena dictadura fue declarado ciudadano ilustre de Rosario

JOSÉ BELIZÁN

José Belizán recibió meses atrás el premio considerado el “anticipo” del Nobel por su trabajo para reducir la mortalidad en embarazadas, el mismo que ganaron Milstein, Favaloro y Leloir. El rosarino de 77 años, exiliado y repatriado, fue ahora declarado ciudadano ilustre por el Concejo Municipal de la vecina ciudad.

De la Redacción de EL NORTE
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Al obstetra e investigador José Belizán no le faltan reconocimientos. Este año fue galardonado con el Premio Internacional Gairdner de Canadá 2023, considerado por muchos el “anticipo” del premio Nobel, y el mismo que recibieron Luis Federico Leloir, César Milstein y el cardiocirujano René Favaloro. Sin embargo, en sus relatos y ante cada pregunta no deja decir que “el mejor premio” es el reconocimiento que ya en democracia le brindaron las mujeres, presas políticas y detenidas desaparecidas que durante la última dictadura cívico-militar asistió a sus partos en la Maternidad Martin, donde Belizán tomó nota de cada uno de sus nombres y salvó así sus vidas.

Ese hombre de 77 años, rosarino, exiliado y repatriado, ya premiado en los ámbitos académicos y científicos, fue además declarado ciudadano ilustre este miércoles por el Concejo Municipal de Rosario.

La cita fue en el recinto de sesiones del Palacio Vasallo (Córdoba 501), donde el médico recibió el reconocimiento por parte de la presidenta del cuerpo, la concejala María Eugenia Schmuck, y del concejal del bloque Volver a Rosario Miguel Tessandori, autor del proyecto que lo distingue “por su aporte a la salud materno infantil a nivel global”.

RECONOCIMIENTOS

Este año Belizán fue galardonado con el prestigioso Premio Internacional Gairdner de Canadá 2023 en la categoría Salud Global por el desarrollo de intervenciones globales innovadoras, basadas en evidencia y de bajo costo en la salud maternoinfantil durante el período perinatal, mejorando el bienestar y la atención durante el embarazo, reduciendo la morbilidad y mortalidad, y promoviendo la equidad en poblaciones vulnerables.

“Este reconocimiento sí dice que estamos en el buen camino”, había señalado el médico en abril pasado, sobre el trabajo que comenzó a desarrollar durante sus años de exilio hace ya más de 40 años cuando aprendió de las mujeres mayas en Guatemala que el consumo de calcio previene la hipertensión en las embarazadas. Una observación que llevó al laboratorio y logró demostrar cómo la ingesta de calcio evita la preclamsia, una complicación que provoca anualmente entre 50.000 y 70.000 muertes maternas en el mundo.

Esa investigación desarrolló en la Argentina como investigador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria afiliado a la Universidad de Buenos Aires e integrante del Laboratorio de Biología Ósea de la Facultad de Medicina de la UNR. “Este hallazgo por el que nos reconocen aún no es de aplicación universal y justamente estamos buscando los mecanismos para lograrlo, que llegue a todas es la meta”, señaló en los días de la premiación.

MATERNIDAD MARTIN

Belizán fue, además, uno de los médicos que apenas entrados los años setenta y en la previa del terrorismo de Estado, junto a un grupo de docentes de la Facultad de Ciencias Médicas, desarrolló en la Maternidad Martin un método de gran precisión de medición de los úteros para el control prenatal. La llamada “tablita” que años más tarde fue de uso internacional.

Con su hermano Fernando, asesinado por el terrorismo de Estado a los 27 años en agosto de 1976, y su cuñada, Analía Arriola, detenida desaparecida, José conocía de los alcances del terror en la última dictadura militar. Por eso, en aquellos años en la previa a su exilio, cuando aún atendía parturientas en la Maternidad Martin y recibía a mujeres que eran trasladas desde el centro clandestino de detención El Pozo, a pocas cuadras en la ex Jefatura de Policía, golpeadas y torturadas, además de asistirlas frente a guardias armados, el obstetra tomaba nota de los nombres de cada una de ellas, sus datos y el de los bebés recién nacidos.

Esa acción salvó la vida de muchas de esas mujeres que ya en democracia y, junto a sus hijos, reconocieron la decisión del médico. “Conocimos a esos niños y a esas niñas que vinieron a un homenaje en las puertas de la maternidad”, contó Belizán, que en sus relatos afirma siempre que a lo largo de su carrera, “ese fue el mejor premio”.