EL HOMBRE SOLO Y QUE VOTA

Sumergidos en un laberinto de propuestas vacías, de palabras que se repiten de uno y otro lado pero no dicen nada, el hombre solo y que vota  se pierde en el laberinto de espejos que lo devuelven una y otra vez al punto de partida. No hay ideología en las campañas salvo marketing publicitario que juega a develar escándalos, desfilar frases hechas y tirar rivales a los leones para que el circo no se detenga y la plebe aplauda. Faltaría el pan nomás.

Germán Rodríguez
diarieolnorte@diarioelnorte.com.ar

La imagen del río secándose le produce un resquemor apocalíptico, como un miedillo al futuro negro que anuncian tantas películas de zombis. Para colmo, las cenizas le cubre el rostro volviéndolo mas canoso y se ahoga en los oscuros presagios. Pensar en votar le parece algo tan antiguo, de otra era pospandemia cuando el mundo era feliz y no lo sabíamos, cuando quedaba un resquicio de ideas contrapuestas en candidatos más creíbles, o tal vez siempre fue igual pero éramos más inocentes.

Hoy todos juegan a quién es el más vivo, a cómo se puede tergiversar la ley con total impunidad (como si antes no fuera así) por lo que logran que a uno le importe más si los clubes de Europa van a ceder los jugadores para la selección, que quien va a ganar en el Senado.

Ya de por sí las elecciones legislativas producen un bostezo en medio de su pronunciación, porque como hemos comentado desde estas páginas anteriormente, este tipo de escrutinios le interesan a una mínima porcentualidad del electorado que apenas entiende cuál es la función de cada uno.

Pero bueno, si hay que entrar en el juego, es interesante observar las propuestas y campañas de todos los candidatos. De una hay que decir que se los ve por todos lados prometiendo importantes cambios, grandes revoluciones, que desde su función legislativa no pueden llevar adelante tan sueltos de cuerpo como dicen, porque no son ni presidentes ni gobernadores ni intendentes. Por más que caminen mirando a la cámara tirando versos o se pongan a jugar al fútbol mientras le explican al resto todo lo que van a hacer, es puro chamullo.

Seria buenísimo no abrir Instagram o querer ver un video de YouTube y que no me aparezca cualquiera de esta buena gente retándome por mis elecciones mal hechas anteriormente, o aleccionándome de que es hora de despertar y cambiar. Sí voy a cambiar, pero de video, densos.

Todo hueco

Después es muy interesante atender la gama de propuestas que se nos ofrecen. Cuando el político arranca diciendo que la política es la herramienta para transformar realidades y que la educación es la base de una Argentina prospera y sustentable, es como que uno agarra un folleto de los años 30 y lee la misma sanata. Que la economía, que el trabajo, la salud, el cuidado del medioambiente como propuestas reales de cambio y que son la base de una nación sólida y en crecimiento, te lo digo yo en la ducha. Ahora, pediles profundidad y te arrancan con un ataque a la yugular, como si uno fuera un mercenario pagado por la oposición para desestabilizar con preguntas tan comprometedoras del tipo: ¿cómo pueden hacer eso concretamente desde una perdida banca en las legislaturas?

Pero bueno, escribir algo distinto o pensar diferente del binomio derecha-izquierda hace que algunos boludos en otros medios dediquen editoriales y hagan el ridículo con el grupo de cuatro seguidores que les aplauden todo. Tengo un buen sticker al respecto de esa clase de opiniones, pero solo se puede ver en WhatsApp.

Sin culpa

Y ahí tenemos otro punto interesante en cómo se va diversificando la campaña. Se polarizan los extremos y la lucha sería Cristina contra Macri, o se tapan esos nombres y se combate con los menos golpeados por los procesos electorales ¿Hay alguno? En estos momentos la idea sería esconder a Alberto, pero ¿cómo se esconde al presidente? Esta difícil, y para colmo, desde Juntos les parecería mejor que Mauricio se llame a silencio, pero el tipo sale a hablar ahora con todo porque siente, y con buen tino, que está perdiendo su cuota de poder en detrimento de la nuevas caras menos quemadas que las del imitador de Fredy Mercuri.

¿Saben a quién le importa un carajo todo eso? Al ciudadano solo y que vota, porque todo está muy enroscado ahí arriba y cada vez que los candidatos hablan la embarran.

Las otras opciones son los libertarios y la izquierda, dos fuerzas que tienen la simpatía de que uno los puede votar tranquilamente y sin culpa, porque saben que nunca van a ganar y así nos dejan con la conciencia tranquila de no haber colaborado en la gran cagada nacional que increíblemente se sigue repitiendo.