jueves, 28 noviembre, 2024
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EL 64 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN DE MENORES INGRESOS SON MUJERES

El Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género del MMGyD publicó el “Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción”. La desigualdad de género es el factor principal de la feminización de la pobreza en la Argentina.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

Las mujeres representan el 64% de la población de menores ingresos, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

El Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género del MMGyD publicó el “Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción”, en el que se sostiene que las mujeres están sobrerrepresentadas en los deciles de menores ingresos. La información fue elaborada a partir del procesamiento de la base de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos correspondiente al segundo trimestre de 2022.

En este sentido, señalaron que 6 de cada 10 mujeres se ubicaron en los estratos bajos (deciles del 1 al 4), cuando en el caso de los varones dicha proporción resulta de 4 sobre cada 10.

El informe precisa que el decil de menores ingresos está compuesto casi en un 64% por mujeres, mientras que son minoría en el decil de mayores ingresos, con el 36% del total.

De esta manera, se visualiza que la desigualdad de género es el factor principal de la feminización de la pobreza en la Argentina.

Desigualdad de género

La desigualdad de género es el factor principal de la feminización de la pobreza en Argentina.

El Observatorio destacó que las mujeres ganan, en promedio, un 28,1% menos que los varones; la tasa de desocupación es del 7,8% para las mujeres y del 6,1% para los varones.

A esto se suma que las mujeres están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales.

En tanto, la tasa de actividad para la población de 14 años y más presenta un comportamiento diferencial por género: el 51,7% corresponde a mujeres y el 70,1% a varones, lo que significa que las mujeres participan menos en el mundo laboral, con una brecha de 18,4 puntos porcentuales.

Es mayor la proporción de mujeres que no tienen trabajo y lo están buscando activamente con respecto a sus pares varones, lo que muestra que ellas enfrentan mayores dificultades para conseguir un trabajo remunerado.

Segregación vertical y horizontal

Las mujeres enfrentan mayores obstáculos para acceder a puestos de dirección y de toma de decisiones en el mundo del trabajo, el empleo y la producción, fenómeno conocido como segregación vertical o “techo de cristal”. Solo el 5,1% de las mujeres ocupadas acceden a cargos de dirección o jefatura, mientras que el 8,4% de los varones ocupan ese tipo de cargos.

Al analizar la composición de la ocupación según rama de actividad, existe una marcada segregación horizontal, fenómeno también conocido como “paredes de cristal”. Las mujeres son mayoría en los sectores de servicio doméstico (97,2%), salud (72,3%) y educación (71,5%), actividades que se encuentran socialmente asociadas a trabajos de cuidado. De hecho, casi 4 de cada 10 mujeres ocupadas se insertan en alguno de estos tres sectores. Por el contrario, los varones son mayoría en los sectores de la industria (64,5%), transporte (85,8%) o construcción (96,8%).

Violencia y acoso

La feminización de la pobreza y la falta de independencia económica de mujeres y LGBTI+ son factores clave para la reproducción de las violencias por motivos de género. Además, las situaciones de violencia y acoso por motivos de género producidas dentro y fuera del ámbito del trabajo, el empleo y la producción son esenciales para comprender estas barreras que enfrentan mujeres y LGBTI+ en sus trayectorias laborales y de vida.

Las desigualdades de género condicionan el efectivo y pleno ejercicio de derechos de mujeres y lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex, no binaries y otras identidades de género y orientaciones sexuales (LGBTI+). En el mundo laboral, estas se expresan como un conjunto de brechas en el acceso y permanencia en los puestos de trabajo, en los tipos de actividades, en los ingresos, en las jerarquías ocupacionales, en las diferentes posibilidades de acceder a un empleo remunerado, entre otras dimensiones relacionadas con los estereotipos de género.