viernes, 29 noviembre, 2024
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Diez caminos para prevenir la violencia de género

La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más generalizada en el mundo: afecta a una de cada tres mujeres. El Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer (Fondo Fiduciario de la ONU), un mecanismo interinstitucional de concesión de subvenciones a escala mundial gestionado por ONU Mujeres en nombre del sistema de las Naciones Unidas, extrajo lecciones de su archivo y trabajó con 70 organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo con el fin de identificar diez vías para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas:

Empoderar a las mujeres para romper el silencio sobre la violencia. La movilización de las mujeres para que se conviertan en agentes del cambio se reveló como un aspecto crucial para luchar contra la violencia. Cuando los proyectos movilizan a las mujeres como facilitadoras comunitarias y crean espacios seguros, pueden llegar mejor a las comunidades especialmente marginadas y aumentar la eficacia de las iniciativas de prevención.

Movilización comunitaria. Las organizaciones de base son fundamentales para movilizar a las comunidades y generar confianza, un factor esencial para evitar reacciones en contra o el distanciamiento de los programas de prevención.

Considerar las diversas realidades de las mujeres. Al abordar la violencia de género, es fundamental adoptar una perspectiva interseccional. La comprensión del modo en que las distintas realidades de las mujeres se superponen e influyen en sus experiencias de violencia permite elaborar estrategias más eficaces y evita pasar por alto vulnerabilidades.

Aprendizaje transformador. Una prevención eficaz requiere capacitación para lograr un cambio de comportamiento. Herramientas como manuales, aplicaciones y sitios web son vitales para reforzar las mejores prácticas y fortalecer el conocimiento institucional.

Involucrar a los líderes comunitarios.

Navegar entre la inacción y la reacción. Las organizaciones dedicadas a combatir la violencia contra las mujeres encuentran resistencia a menudo en forma de lagunas jurídicas, negación de la violencia de género e inacción. Las formas más agresivas, o activas, de resistencia se producen cuando determinados grupos intentan obstruir los cambios, o cuando los grupos vulnerables sufren discriminación y violencia por parte de quienes ostentan el poder.

Programación adaptativa. Las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres se enfrentan a menudo a condiciones inestables, alianzas complejas y escenarios sociopolíticos cambiantes. La recopilación de conocimientos, la financiación flexible y los enfoques adaptativos son cruciales para hacer frente a esta volatilidad.

Empoderar a la juventud. La adolescencia, especialmente en el caso de las niñas, es una etapa crítica para llevar a cabo intervenciones tempranas de prevención de la violencia. Muchos proyectos optaron por capacitar a las y los jóvenes como agentes del cambio a fin de mejorar los resultados de las intervenciones de prevención.

Respuestas centradas en las supervivientes. Las iniciativas de prevención de la violencia de género deben centrarse en las supervivientes, implicarlas en el proceso de diseño y dar prioridad a sus necesidades.

Institucionalizar la prevención. Para aplicar eficazmente las leyes y políticas de prevención de la violencia de género, la policía y los ministerios gubernamentales necesitan una capacitación adecuada y un cambio de mentalidad. Las organizaciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel clave para impulsar estos cambios y conectar a las comunidades con los mecanismos formales.