viernes, 29 noviembre, 2024
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Edición N°

DE VULNERABILIDADES E IMPUNIDAD: PATRIARCADO, ABUSO SEXUAL Y FEMINISMOS

UN DELITO ´MÁS ALLÁ DEL CÓDIGO´

“Les invitamos a problematizar los hechos de nuestra cotidianeidad, ir más allá de la queja y la indignación. Poder entender cómo la perspectiva de género y derechos resultan el marco ineludible para prevenir las violencias históricas y lograr transformaciones reales. (…) Esperamos que la falta de respuestas frecuente no desaliente la necesidad de poder hablar, develar, en el momento que cada quien pueda hacerlo”, analizan las autoras.

Por Psic. Fabiana Conti y Lic. Marité Gutiérrez

En todas las pantallas, durante las últimas semanas, hemos asistido a la espectacularización de una situación que trascendió, más por su interés en generar polémica y rating, que en la posibilidad de generar un debate profundo y necesario respecto de encuadres teóricos, legales y éticos en torno a un delito arrasador: el abuso sexual.

Nos referimos a la acusación pública, y a la denuncia judicial (determinada como prescripta), del joven Lucas Benvenuto al mediático Jey Mammon.

Más allá del tratamiento de los medios, en relación con la falta de protección en la exposición de la víctima, y de la convocatoria a profesionales que, sin inmutarse, enunciaron conceptos espantosamente equívocos (decir que “la pedofilia es una orientación sexual” ameritaría, de mínima, una sanción por parte del colegio profesional que extendió la matrícula de psicóloga a esa persona); el objetivo de este artículo es el de proponer a las y los lectores un ejercicio de reflexión, que contribuya a la desnaturalización de la cultura patriarcal que subyace en la ocurrencia de estos delitos.

Al decir de Enrique Stola, en “Abuso sexual a niños y adolescentes: la lupa en el abordaje mediático y judicial – TELAM 2022: “Episodios que toman estado público como estos de los últimos días… le dan fuerza a las víctimas para animarse a denunciar, pero no producen ningún cambio sustancial porque la sociedad que hoy está conmovida es la misma que sigue produciendo abusadores y femicidas”.

PROBLEMATIZAR LA COTIDIANEIDAD

Los invitamos a problematizar los hechos de nuestra cotidianeidad, ir más allá de la queja y la indignación. Poder entender cómo la perspectiva de género y derechos resultan el marco ineludible para prevenir las violencias históricas y lograr transformaciones reales.

No se trata aquí de definir quién miente o qué se define como consentimiento. Ante todo, el abuso sexual es un crimen de PODER. El señalamiento de los 14 o 16 años en el momento de la ocurrencia de los hechos, respecto de una persona adulta (de 32 años), puede, obviamente, cambiar la situación en el campo jurídico. Pero en cambio, nadie podría negar la profunda y significativa asimetría que representa esta diferencia para el establecimiento de cualquier vinculación de índole sexual.

Y aquí proponemos una primera cuestión: el abuso sexual nada tiene que ver con el deseo: solo con la violencia y el poder. Y el patriarcado es el sistema que ha legitimado la posesión de los cuerpos de las mujeres, diversidades sexuales, niños, niñas y adolescentes, reduciendo las subjetividades al estado de objeto. Le debemos a los feminismos la posibilidad de haber desnaturalizado esta dinámica de poder. ¿Qué significa esto? La responsabilidad de las personas adultas es la de proteger y cuidar a niños, niñas y adolescentes con quienes se vinculan en todos los ámbitos. Pero en particular, en el ámbito de lo íntimo.

Existe una situación de clara ventaja respecto de las posibilidades de controlar, manipular, de acceder. NO ES UNA RELACIÓN ENTRE PARES. Reconocer esta superioridad y no abusar de esta posición representa el primer paso para garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes. Difícilmente podría prestarse a “confusión” situaciones como las mencionadas.

EL DOLOR NO PRESCRIBE

Coincidimos con Miriam Maidana quien, en su artículo “Las personas hablan cuando pueden”, plantea: “El abuso sexual sobre personas siempre es en desigualdad de condiciones (… diferencia de edad, de situación social, de posibilidad de reacción, de entorno que escuche). Es un delito ´más allá del código´ que no prescribe, por lo menos en lo psíquico. Es decir, es imposible recordar sin cesar aquello que nos ha hecho daño, que nos provoca dolor, vergüenza, que nos hace sentir objetos, muñecos, cuerpos inanimados”. El arrasamiento subjetivo es la consecuencia más terrible.

Lo han definido como “asesinatos del alma”. La persona adulta transgrede la regla fundamental para la organización del psiquismo: la de abstenerse de utilizar para su goce sexual de quien no se encuentra en igualdad de condiciones (física o psíquica), y a quien debe garantizar que no se vulneren sus derechos.

Esperamos también que la repercusión mediática no distraiga la mirada frente a la aún preocupante ocurrencia de abusos sexuales en todos los ámbitos. Y que la falta de respuestas no desaliente la necesidad de poder hablar, develar, en el momento que cada quien pueda hacerlo. El dolor no “prescribe”, se elabora. Muchas personas “callan” durante años, porque no encuentran quien pueda escucharlos.

Finalmente reiteramos la importancia de la implementación plena de la Educación Sexual Integral (ESI) en cada una de las escuelas; la herramienta más potente y democrática, que permite a nuestras infancias y adolescencias aprender que nadie tiene derechos sobre sus cuerpos, sus afectos y sus subjetividades, que hay personas adultas que las acompañan y deben garantizarlo, y que hay un sistema de protección de niños, niñas y adolescentes que hay que activar cada vez que sea necesario.

ORGANISMOS Y CONTACTOS ÚTILES

911 – Emergencias,
107 – Ambulancia,
104 – Violencia,
102 – Niñez.
144 – Información, asesoramiento y contención.
Hospital Zona Norte: Illia 1131.
Hospital San Felipe: Moreno 31 – 336 4451479.
Comisaría de la Mujer y la Familia: Rivadavia 848, 3364439480.
Juzgados de Familia 1, 2 y 3: Savio 182, 336 4522207.
Ministerio Público Fiscal:
Colón 86,
denuncia virtual https://seguridad.gba.gob.ar.
Centro de Asistencia a la Víctima: 336 4659098.
Secretaría de Violencia de Género y Familia: 336 4400187 – 336 4505200.
Secretaría de Violencia (Defensoría Oficial): 336 4516402.
Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires: Bolívar 107, 336 4421972.
Colegio de Abogados: 336 4434795 – httos://consultorio.colproba.org.ar/index.php/consultorio_web/consulta.
ACASE (Asociación contra el Abuso Sexual contra niños, niñas y adolescentes): 336 4318303.
Dirección Municipal de Género y Diversidad: 336 4342905.
Defensoría del Pueblo: 336 424460 – 336 4530646.