jueves, 28 noviembre, 2024
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China les dice a las mujeres que tengan hijos y su población volvió a reducirse

UNA PROBLEMÁTICA QUE VA MÁS ALLÁ DE LA NATALIDAD

China anunció que en 2023 nacieron 9,02 millones de bebés, por debajo de los 9,56 millones en 2022. Se trata del séptimo año consecutivo en que el número ha caído. El Partido Comunista, que gobierna en China, ha invocado al patriotismo, pidiéndoles que sean “buenas esposas y madres”. La profunda desigualdad de género es una de las cuestiones que no se pueden desconocer en el análisis.

De la Redacción de EL NORTE
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El Partido Comunista, que gobierna en China, se enfrenta a una emergencia nacional. Para solucionarlo, quiere que más mujeres tengan más bebés. Les ha ofrecido incentivos, como viviendas más baratas, beneficios fiscales y dinero en efectivo. También ha invocado al patriotismo, pidiéndoles que sean “buenas esposas y madres”. Los ´esfuerzos´ no están funcionando. Las mujeres chinas han estado evitando el matrimonio y los bebés. La población de China en 2023 se redujo por segundo año consecutivo, lo que acelera la sensación de crisis del gobierno sobre el rápido envejecimiento de la población del país y su futuro económico. Un artículo de Alexandra Stevenson y Zixu Wang, desde Hong Kong, para The New York Times da cuenta de la problemática, que va más allá de la natalidad. Tiene que ver con la mirada que se tiene sobre las mujeres.

China anunció que en 2023 nacieron 9,02 millones de bebés, por debajo de los 9,56 millones en 2022 y el séptimo año consecutivo en que el número ha caído. Junto con el número de personas que fallecieron en el año —11,1 millones—, China tiene más personas mayores que en cualquier otro lugar del mundo, una cantidad que aumenta con rapidez. Al final de 2023, la población total de China era de 1.409.670.000, una disminución de 2 millones de personas, según la Oficina Nacional de Estadísticas.

DESIGUALDAD DE GÉNERO

China aceleró el problema con su política de hijo único, que ayudó a reducir la tasa de natalidad durante varias décadas. La regla también creó generaciones de hijas únicas que recibieron educación y oportunidades de empleo, un grupo de niñas que se convirtieron en mujeres informadas y con formación que ahora ven los esfuerzos de Pekín como un intento de confinarlas a la vida doméstica.

Xi Jinping, el máximo dirigente de China, ha hablado durante mucho tiempo sobre la necesidad de que las mujeres regresen a roles más tradicionales en el hogar. Hace poco instó a los funcionarios del gobierno a promover una “cultura de matrimonio y natalidad” y a influir en lo que los jóvenes piensan sobre “amor y matrimonio, fertilidad y familia”.

Pero los expertos afirmaron que los esfuerzos carecían de cualquier intento de abordar una realidad que formó la perspectiva de las mujeres sobre la crianza de los hijos: la profunda desigualdad de género. Las leyes que están destinadas a proteger a las mujeres y sus propiedades, y a asegurar que sean tratadas de manera igualitaria, les han fallado.

“Las mujeres todavía no se sienten lo suficientemente seguras para tener hijos en nuestro país”, dijo Rashelle Chen, una profesional de redes sociales de la provincia sureña de Cantón. Chen, de 33 años, ha estado casada durante cinco años y dijo que no tenía la intención de tener un bebé. “Parece que la política de natalidad del gobierno solo está dirigida a hacer bebés, pero no protege a la persona que da a luz”, dijo. “No protege los derechos e intereses de las mujeres”.

ACOSO, VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN

Las mujeres en China hoy son más conscientes de sus derechos debido al aumento del activismo contra el acoso sexual y la discriminación laboral. Las autoridades han intentado silenciar el movimiento feminista de China, pero sus ideas sobre la igualdad siguen siendo generalizadas.

“Durante estos últimos 10 años, se ha construido una gran comunidad de feministas a través de internet”, dijo Zheng Churan, una activista de derechos de las mujeres chinas, quien fue detenida con otras cuatro activistas antes del Día Internacional de la Mujer en 2015. “Hoy en día, las mujeres están más empoderadas”, dijo Zheng.

La censura ha silenciado gran parte del debate sobre cuestiones sobre la mujer, a veces sofocando la discusión pública sobre discriminación sexual, acoso o violencia de género. Sin embargo, las mujeres han podido compartir sus experiencias en línea y dar apoyo a las víctimas, dijo Zheng.

QUÉ SUCEDE EN LA PRÁCTICA

En teoría, China tiene leyes para promover la igualdad de género. Por ejemplo, la discriminación laboral basada en género, raza o etnia es ilegal. En la práctica, las compañías publican anuncios en busca de candidatos masculinos y discriminan a las empleadas, dijo Guo Jing, una activista que ha ayudado a proporcionar apoyo legal a mujeres que enfrentan discriminación y acoso sexual en el lugar de trabajo.

“De alguna manera, las mujeres son más conscientes de la desigualdad de género en cada área de la vida”, dijo Guo. “Todavía es difícil para las mujeres obtener justicia, incluso en los tribunales”. En 2014, demandó a una empresa estatal, Dongfang Cooking Training School, después de que le dijeran que no solicitara un trabajo porque era mujer. Ganó, pero solo le concedieron una indemnización de unos 300 dólares.

Un reciente aumento en publicaciones impactantes en redes sociales y artículos periodísticos sobre actos de violencia contra mujeres ha capturado la atención del país, como la golpiza brutal de varias mujeres en Tangshan en un restaurante y la historia de una madre de ocho hijos que fue encontrada encadenada a la pared de una choza.

A menudo, las mujeres citan dichos actos violentos cuando hablan de por qué no quieren casarse. Cambios en políticas y regulaciones, como una nueva norma que requiere un período de reflexión de 30 días antes de que puedan finalizarse los divorcios civiles, son otro motivo. Por nueve años, las tasas de matrimonio han estado cayendo. Esa tendencia, que hasta hace poco se limitaba principalmente a las ciudades, se ha extendido también a las zonas rurales, según las estadísticas gubernamentales.

SENTENCIAS Y POLÍTICAS

Otra razón por la que las mujeres dicen que no quieren casarse es que se ha vuelto más difícil ganar un divorcio en la corte si es impugnado.

Un análisis de casi 150.000 sentencias judiciales sobre casos de divorcio por Ethan Michelson, profesor de la Universidad de Indiana, reveló que alrededor del 80 por ciento de las peticiones presentadas por mujeres fueron denegadas por un juez en el primer intento, a menudo cuando había pruebas de violencia doméstica. (La tasa de denegación en un segundo intento ronda el 70 por ciento).

“Ha habido muchas señales claras desde lo más alto, de la propia boca de Xi, sobre que la familia es el pilar de la sociedad china y que la estabilidad familiar es la base de la estabilidad social y el desarrollo nacional”, dijo Michelson. “No hay duda de que estas señales han reforzado las tendencias de los jueces”, dijo.

Experiencias populares en línea —como “la licencia de matrimonio se ha convertido en una licencia para golpear” o peor— se refuerzan con algunas noticias.

En 2011, la Corte Suprema Popular dictaminó que los hogares familiares ya no se dividirían en el divorcio, sino que se entregarían a la persona cuyo nombre estaba en la escritura, un fallo que favorecía a los hombres.

“Esa decisión realmente asustó a muchas mujeres en China”, dijo Leta Hong Fincher, autora de Leftover Women: The Resurgence of Gender Inequality in China.

“En lugar de tener más cuidado y protección, las madres se vuelven más vulnerables al abuso y al aislamiento”, dijo Elgar Yang, de 24 años, una periodista en Shanghái. Las políticas del gobierno destinadas a que las mujeres se casen, agregó, “incluso me hacen sentir que es una trampa”.