sábado, 30 noviembre, 2024
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Abuelas de Plaza de Mayo informó la resolución de cuatro casos de mujeres embarazadas asesinadas en la dictadura

LA IDENTIFICACIÓN SE LOGRÓ MEDIANTE EL EAAF, LA CONADI Y EL PODER JUDICIAL

Mediante un comunicado, la organización de derechos humanos dio a conocer la resolución de los casos de Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi, todas embarazadas al momento de su asesinato. “No es la primera vez que debemos concluir una búsqueda con este espantoso final. A lo largo de estos casi 46 años de lucha dimos por cerrados 15 casos de mujeres asesinadas antes de dar a luz y hoy debemos sumar a esa lista cuatro más”, lamentaron.

Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi. Abuelas de Plaza de Mayo.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo informó este viernes la resolución de cuatro nuevos casos de mujeres asesinadas durante su embarazo en la última dictadura cívico militar, y ya suman “137 casos resueltos”. Lograron llegar a la información gracias al trabajo conjunto del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y el poder judicial. Las cuatro mujeres identificadas son Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi.

En un comunicado, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo expresó: “Lamentablemente, no es la primera vez que debemos concluir una búsqueda con este espantoso final. A lo largo de estos casi 46 años de lucha dimos por cerrados 15 casos de mujeres asesinadas antes de dar a luz y hoy debemos sumar a esa lista cuatro más”.

Además, recordaron y repudiaron que el terrorismo de Estado cometió “los crímenes más horrendos: desapariciones forzadas, secuestros, torturas, asesinatos, delitos sexuales”.

TRABAJO EN RED

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y el poder judicial lograron identificar a Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi gracias a trabajos de investigación documental, exhumación de fosas comunes, comparación de huellas dactiloscópicas y decadactilares, entre otros procedimientos.

Los restos de Vaccarini, Farías y Girardi fueron identificados por el EAAF en 2022, 2019 y 2012, respectivamente.

Abuelas de Plaza de Mayo señaló que en el caso de Vargas, fue un proceso “más complejo”, puesto que no fue a través de restos óseos que se pudo dar con su identificación sino que demandó pericias en las que “el cruce de datos de archivos, prontuarios policiales y datos de contexto permitieron concluir que su muerte se produjo antes de la fecha probable de parto”.

“Los tiempos de los trámites judiciales, más el impacto emocional que significa para las familias afrontar la noticia sobre el destino final de sus seres queridos, hacen que todo este proceso haya tomado años”, explicaron.

LAS VÍCTIMAS

En el comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo detallaron cuál fue la historia de vida de cada una de las cuatro víctimas.

Olga Vaccarini tenía 22 años y estaba embarazada de tres meses. Junto a su compañero Gustavo Adrián Rodríguez militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) y ambos fueron secuestrados el 16 de mayo de 1977.

En mayo de 2022, el EAAF confirmó la identificación de restos óseos recuperados del Cementerio de La Piedad en Rosario, entre los que se encontraban los de Olga. Según la resolución del Juzgado Federal N 4 de Rosario, el 13 de octubre de 2022 pudo establecerse que fue asesinada antes de dar a luz y con esa información, se dio por cerrado el caso y se notificó a familiares.

Otra de las víctimas, Hilda Margarita Farías tenía 23 años, era parte de Montoneros, estudiaba Asistente Social en Cáritas y cursaba un embarazo incipiente al momento de ser secuestrada en la vía pública el 20 de diciembre de 1976. En diciembre de 2019, la Conadi descubrió que sus restos habían sido inhumados como NN el 3 de febrero de 1977 en el Cementerio Municipal de San Martín, y como causa de muerte “se consignaba disparos de arma de fuego”.

Por su parte, Liliana Beatriz Girardi era militante del PRT-ERP, tenía 20 años al momento de ser secuestrada de su domicilio en Rosario y estaba cursando un embarazo “de cuatro a seis meses”. Gracias al testimonio de sobrevivientes se puedo saber que permaneció detenida en el centro clandestino “Quinta de Fisherton” de esa localidad santafesina.

En mayo de 2012, sus restos fueron identificados por comparación decadactilar y por la fecha de inhumación, pudo constatarse que fue asesinada antes de dar a luz.

La última de las mujeres identificadas fue Dora Vargas, militante de Montoneros que a sus 24 años fue secuestrada mientras cursaba su embarazo tras asistir a “una cita cantada” en la vía pública el 12 de noviembre de 1977 en San Francisco Solano, del partido bonaerense de Quilmes.

Una comparación dactiloscópica entre las huellas impresas de un prontuario policial perteneciente a una persona no identificada -del mismo día del secuestro de la joven- y las impresiones decadactilares de Dora del Registro Nacional de las Personas, determinó que se trataba de la misma mujer.

“QUE SE ROMPAN LOS PACTOS DE SILENCIO”

“El terrorismo de Estado no solo cometió crímenes atroces, también los ocultó, por eso seguimos reclamando saber qué pasó con nuestros hijos e hijas; cuál fue el destino de los cientos de mujeres embarazadas secuestradas; y dónde están nuestros nietas y nietos apropiados”, remarcó el organismo de derechos humanos y sostuvo que “los genocidas son quienes tienen la información, pero no la comparten”.

Ante este contexto, la asociación volvió a pedir que se “siga aportando información, que se rompan los pactos de silencio y que se comprenda que por cada nieta o nieto apropiado hay decenas de personas que saben, y por tanto podrían contribuir a resolver los casos y así concluir con la búsqueda de más de cuatro décadas” para que, finalmente, “las familias puedan hacer su duelo”.

“Seguimos reclamando justicia y saber dónde están los cientos de nietos y nietas apropiadas, por las familias, pero también por la sociedad, que a 40 años de democracia sigue sin saber la verdad sobre los crímenes del terrorismo de Estado y con esta deuda que se hereda en los hijos de nuestros nietos y nietas, nuestros bisnietos”, completaron.