A 3 AÑOS DEL FEMICIDIO, LA SONRISA DE PATRICIA BRAUER SIGUE PRESENTE EN EL RECUERDO

Cuando se cumplían apenas unos días del femicidio de la enfermera Daiana Almeida, San Nicolás era sacudida por una nueva víctima, Patricia Brauer. Su ex pareja, Juan Schmidt, la citó bajo engaños en inmediaciones de su casa en barrio IBVA y dentro del auto la atacó a puñaladas, para luego prender fuego el vehículo. Patricia perdió la vida pese a los intentos del personal hospitalario. Su agresor, que fracasó en la huida por intervención de los vecinos, tuvo un paro cardiorrespiratorio por quemaduras en vías aéreas y también falleció en el nosocomio.

Carolina Mitriani
diarias@diarioelnorte.com.ar

Cuando la comunidad nicoleña apenas intentaba recuperarse del shock provocado por el femicidio de Daiana Almeida, ocurrido en noviembre del 2019, un nuevo hecho de la más extrema violencia machista conmovía la jornada del 5 de diciembre: Patricia Brauer había sido asesinada por su ex pareja, Juan Schmidt, quien decía amarla.

A plena luz del día, el agresor citó bajo engaños a la mujer de apenas 39 años en una ubicación cercana al domicilio que ella compartía con su mamá y dos de sus hijos, una niña pequeña y un adolescente. Con aparentes intentos de proponerle casamiento –pese a que su vínculo ya había sido cortado, por los antecedentes de violencia que Schmidt poseía- el hombre la ingresó a su vehículo y allí le propinó heridas con un arma blanca. No habiéndole bastado el nivel de daño producido, encendió fuego dentro del auto, ocasionando un estallido que fue oído por los presentes aquella tarde en barrio IBVA (ex 7 de septiembre). En el baúl del Renault 21 se encontraba un tanque de gas, lo que dejó en evidencia la planificación que había entramado el femicida para tal desenlace.

Patricia fue asistida por los vecinos, que la ayudaron a salir del rodado y solicitaron asistencia de una ambulancia. Por la gravedad de las heridas, pese a la intervención quirúrgica, falleció cuando era asistida en el Hospital San Felipe. Su agresor intentó huir de la escena del crimen pero fue retenido por personas del barrio; también murió en esa jornada y en el nosocomio, producto de un paro cardiorrespiratorio a consecuencia de las quemaduras que presentaba en las vías aéreas. Por el deceso del agresor la causa fue rápidamente cerrada, sin la posibilidad de que los seres queridos de la víctima contaran con la reparación en manos de la Justicia.

Ciclo violento

Como sucede de manera habitual, la escalada de agresiones perturbaba a Patricia desde hacía ya bastante tiempo. Schmidt propinó de manera sistemática violencia contra ella en diversas formas, hostigándola sobre todo de manera psicológica, algo propio en este tipo de atacantes, que a través de la manipulación sostienen un clima de difícil salida para la víctima.

El comportamiento de los agresores se encuentra identificado dentro de un patrón, que permite a las víctimas identificar que están atravesando una situación de violencia de género. Las fases del ciclo son tres: de tensión, de explosión de violencia o agresión y de arrepentimiento o luna de miel. En la primera, el agresor acumula gradualmente tensión y de forma imprevista y negativa cambia repentinamente del estado de ánimo, actuando de forma inesperada. Aunque la mujer se esfuerce en calmarlo, complacerlo y minimizar la tensión, creyendo que puede controlarlo, la tensión sigue en aumento. Luego llega la instancia en la que se materializa la violencia y se producen las agresiones físicas, psicológicas y sexuales hacia la mujer y/o sus hijas e hijos. Por último, el agresor se arrepiente, pide perdón, busca excusas para explicar su conducta, hace promesas de cambio, hace regalos, da muestras de importarle la pareja, la familia, fomentando la idea de cambio. Su fin es mantener la relación. Por tal manipulación, muchas mujeres retiran la denuncia, minimizan el comportamiento agresivo y perduran en el tiempo.

Desde la institución «Ventanilla única» advierten que “todas estas fases se repetirán, cada vez con más frecuencia, hasta quedarse reducidas a una sola: la de explosión o agresión”, por lo que es preciso poder identificar el esquema para solicitar ayuda.

La escalada de agresiones perturbaba a Patricia desde hacía ya bastante tiempo. Schmidt propinó de manera sistemática violencia contra ella en diversas formas, hostigándola sobre todo de manera psicológica.

Recuerdo

“3 años de tu partida, 3 años desde que te convertiste en esa bella mariposa que siempre nos acompaña. Te extrañamos intensamente”, expresó su hijo Joaquín Brauer, quien se hace presente en cada movilización nicoleña pidiendo Justicia por las víctimas de violencia de género, compartiendo con su testimonio el deseo de que otros niños no pierdan a su madre en manos del machismo. Aunque estos días se vuelven particularmente tristes para su entorno, la sonrisa de Patricia sigue iluminando el recuerdo de los seres queridos, que se mantienen fieles al legado de bondad y alegría que dejó, lamentablemente con muchos sueños truncados.

ASISTENCIA
Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien en esta situación, podés solicitar ayuda y acompañamiento:
Policía: 911 – En caso de emergencia
Línea gratuita nacional de atención por violencia de género: 144 – Contención, información y asesoramiento las 24 horas del día, todo el año.
Comisaría de la Mujer: 4439480 – Rivadavia 848.

JORNADA DE REFLEXIÓN

Con el objetivo de recordar a Patricia y promover la concientización en materia de prevención, desde la Campaña por la Declaración de la Emergencia en Violencia de Género a nivel local convocan a un taller “para discutir los diferentes tipos de violencia que sufrimos”. Tendrá lugar mañana miércoles 7, desde las 9:30 horas, en la Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario de «Ni un pibe y piba menos por la droga», ubicada en Miguel Rojas 1159 (barrio San Jorge).

“En un nuevo aniversario del femicidio de Patricia Brauer decidimos transformar el dolor en lucha, realizando un taller para volver a encontrarnos, escucharnos y compartir experiencias”, señalaron las voluntarias. Su familia resalta que desde el primer momento de haberse hecho público el triste caso, las voluntarias feministas de San Nicolás prestaron acompañamiento y contención.