miércoles, 27 noviembre, 2024
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Afirman que la Luna se aleja cuatro centímetros por año de la Tierra

¿DESAPARECERÁ DE LA VISTA HUMANA?

El distanciamiento se produce a una velocidad aproximada de 3,82 centímetros por año. Si bien el proceso es lento y se inició junto con la formación de nuestro planeta, la distancia creciente entre ambos cuerpos celestes podría modificar significativamente la percepción de la Luna en el cielo a lo largo de millones de años.

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Eventualmente, la Luna alcanzará una órbita estable en la que dejará de alejarse de la Tierra.

Fuente: Noticias Argentinas

La Luna se aleja imperceptiblemente de la Tierra, a una velocidad aproximada de 3,82 centímetros por año, hasta que llegará el día en que desaparezca de la vista humana y se lleve la fascinación y el misticismo que inspira.

La fricción generada entre la superficie terrestre y los océanos provoca que la rotación de la Tierra sobre su eje se desacelere gradualmente y el satélite terrestre se distancie a un ritmo constante.

Si bien el proceso es lento y se inició junto con la formación de nuestro planeta, la distancia creciente entre ambos cuerpos celestes podría modificar significativamente la percepción de la Luna en el cielo a lo largo de millones de años.

Sarah Romero, periodista y científica de la revista Muy Interesante, calculó que, a este ritmo de distanciamiento, aunque lento, la Luna podría dejar de ser visible a simple vista en un horizonte temporal de unos 50.000 millones de años.

Visibilidad futura

Desde tiempos antiguos, la Luna ha sido un componente fundamental en la vida y los ciclos de nuestro planeta.
Sin embargo, un fenómeno natural pone en riesgo su visibilidad futura. A medida que la rotación se ralentiza, la Luna se aleja en respuesta a estas modificaciones.
Eventualmente, la Luna alcanzará una órbita estable en la que dejará de alejarse de la Tierra.
Aunque este cambio ocurrirá a una escala temporal tan extensa que resulta difícil de concebir, podría tener implicaciones para los ritmos biológicos de los seres vivos.
Ya, en materia de especulaciones, repercutió en las proyecciones astrales.

Las fases de la Luna

Las fases de la Luna han sido objeto de fascinación y misticismo, y cada una de ellas está cargada de una energía única que puede influir en nuestras vidas a través de una serie de rituales.
La luna nueva, luna creciente, luna llena y luna menguante generan secuencias de actividades cuyo conocimiento es clave para aprovechar al máximo su poder, sea para potenciar intenciones, atraer abundancia o soltar lo que ya no sirve, según el sitio de MorelaEditorial.
Así, durante la luna nueva, el ritual se centra en establecer intenciones claras para lo que se desea manifestar en cada vida.
Dedicar tiempo a la introspección, conectarse como uno mismo, y enfocarse en los deseos internos.
La luna creciente es propicia para realizar un ritual de protección al hogar.
En un cuenco con carbones y hierbas, como salvia blanca o ruda, purifican y renuevan la energía del espacio personal.
La luna llena es ideal para potenciar gemas y piedras, dejando que se carguen bajo la luz lunar.
Se aprovecha su energía de transmutación para amplificar sus propiedades y conectar con el universo.
La luna menguante invita a enfocarse en la limpieza del cuerpo físico y emocional.
Se usa agua y sal para purificar y para liberar emociones negativas como el estrés, los miedos o la envidia.