miércoles, 27 noviembre, 2024
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Entre 60 y 90 celulares se roban por mes en San Nicolás

LA RUTA DE LOS CELULARES ROBADOS

Se estima que en el país se sustraen unos 4.000 móviles de telefonía al día con distintas modalidades que varían en grados de violencia. Son vendidos en servicios técnicos, redes sociales, locales establecidos o intercambiados por drogas. En San Nicolás el número de denuncias por este tipo de delitos promedia entre 2 y 3 presentaciones diarias.

De la redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar

El robo de celulares ha proliferado de manera incesante en los últimos años, por lo que no es sorprendente que organismos pertenecientes al sector intenten relevar la cantidad de equipos que son sustraídos cada día en el país. La Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina reveló que durante el transcurso del año pasado cada una hora fueron robados más de 169 teléfonos móviles. O sea, casi 4.000 aparatos por día. La ruta de los celulares obtenidos de manera ilegal muchas veces está asociada a hechos de extrema violencia. Se trata de un mercado clandestino enorme que no deja de crecer en las principales ciudades del país. San Nicolás no es la excepción, aquí se denuncian entre 60 y 90 sustracciones al mes y aunque la ruta y los destinos de esos celulares robados varían respecto de las grandes ciudades igualmente se convirtieron en un negocio en crecimiento. Los aparatos robados son vendidos en servicios técnicos, en redes sociales y muchas veces en locales establecidos. Un factor determinante para su destino final es la gama. Los de baja son más vulnerables y se venden enteros con mayor facilidad. Los de media y alta gama son más seguros y muchas veces terminan desarmados para usar sus partes. Otro bien preciado para los delincuentes son los datos que ese aparato contenga y que también tienen valor en el mercado clandestino donde son utilizados para cometer estafas. La información digital muchas veces vale más que los dispositivos. Los ladrones buscan acceder al dinero de las billeteras digitales y realizar distintos tipos de estafas; finalmente, revenden los equipos o sus partes en el mercado negro. El robo de celulares, las estafas telefónicas consecuentes y la reventa de los equipos en el mercado negro son los capítulos de lo que hoy es uno de los delitos más extendidos.

Un celular es generalmente lo más costoso que cualquier persona lleva encima mientras camina por la calle. Muchas veces equivale a más de un salario mínimo y es fácil de revender para los delincuentes. Además, la reiteración de la noticia de este tipo de robos termina por generar un disvalioso efecto de anestesia social. Los ciudadanos ya no se sorprenden cuando escuchan que a alguien cercano le robaron su celular y lo que es peor muchas víctimas no denuncian.

La ruta delictiva

Los robos de celulares se reproducen a cada momento y en todo lugar. Fuentes extraoficiales consultadas manifestaron que en San Nicolás generalmente las víctimas son elegidas ”al voleo” y desapoderadas mediante arrebatos o a través de un robo calificado con armas. “Para el delincuente casi siempre se trata del comienzo en su carrera delictiva” explicaron. “Aprende a conocer rutas para escapar de manera veloz, identificar dónde están los controles policiales, a qué hora hay patrulleros y cuando no, y, sobre todo, necesariamente se debe poner en contacto con los reducidores, que son un eslabón fundamental de toda la cadena”. Respecto de los pasos siguientes al desapoderamiento explicaron también que un celular robado de inmediato pasa al reducidor, donde borran por completo toda la información del celular y, al mismo tiempo, lo dejan activo de nuevo, ya sin el chip original. La idea es evitar que pueda ser rastreado. De inmediato, estos aparatos, ya formateados y desbloqueados, son puestos a la venta. En las ciudades más grandes los ofrecen en locales que funcionan bajo la fachada de legales, en galerías comerciales, o directamente en las redes sociales. Las penas a las que se enfrentan los ladrones y todos los que forman parte de esta cadena no son elevadas, en relación a otros tipos de delitos. Encubrimiento, hurto y robo son las calificaciones más usuales. Son muy pocas las investigaciones que persiguen toda la cadena completa, lo que podría suponer una imputación mayor por asociación ilícita”, informaron.

Otras fuente calificada confió a EL NORTE que “En San Nicolás se denuncian entre dos y tres robos de celulares por día. No hay detrás organizaciones delictivas complejas, en general se trata de ladrones que operan de a dos o en solitario. Los intercambian por drogas o los llevan a un técnico para que los libere, los venden a través de plataformas sociales como Facebook o los ofrecen directamente”.  En nuestra ciudad generalmente este tipo de sustracción se produce por arrebatos, aunque también hay robos calificados, pero en menor cantidad. En la mayoría de los casos, los venden, les cambian el chip. Los seguimientos por IMEI se reservan para casos grandes donde hay otros delitos mas graves involucrados, porque sería imposible poner el mecanismo burocrático en la búsqueda de todos los celulares que se roban” informaron. Manifestaron también que “Tiempo atrás fuerzas conjuntas realizaron operativos en comercio del rubro, había mucha expectativa respecto de los resultados, pero fueron negativos, no se hallaron aparatos robados. Los indicios marcan que los desbloquean en viviendas particulares, lo que complica el seguimiento, y después los venden. Cada celular debería tener un registro, un mayor control en el mercado y verificación de identidad. Los chips se compran libremente, sin registros, como si fuesen caramelos y esto favorece el delito” Confió una alta fuente de la justicia.