miércoles, 27 noviembre, 2024
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Qué es la neofobia alimentaria en niños y cuáles son las claves para superarla

SALUD

El rechazo a probar nuevas comidas afecta a 8 de cada 10 chicos y pone en riesgo su desarrollo. De qué manera se puede transformar esta aversión en una oportunidad para establecer hábitos saludables.

niños
La falta de nutrientes en la infancia impacta negativamente en el crecimiento, la inmunidad y el desarrollo cognitivo. ILUSTRACIÓN

Una dieta equilibrada es fundamental para el crecimiento de los niños, ya que asegura la ingesta adecuada de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, muchos enfrentan neofobia alimentaria, que es el temor a probar comidas nuevas o desconocidas. Esta aversión limita un plan alimentario saludable, por lo que afecta su bienestar a corto y largo plazo.

Según datos del Profeni (Profesionales Expertos en Nutrición Infantil), los estudios indican que esta condición afecta a alrededor del 77% de los niños.
La falta de nutrientes en las primeras etapas de la vida puede tener efectos negativos en la creación de defensas del sistema inmune y en el desarrollo cognitivo, además del tamaño corporal.

“El rechazo es una estrategia adaptativa para evitar alimentos nuevos potencialmente peligrosos, pero es algo que los seres humanos resuelven observando y copiando las dietas de otros, lo que sugiere la existencia de un componente de aprendizaje social en las preferencias alimentarias y la posibilidad de intervenir para reducir ese rechazo a alimentos nuevos, en tanto y en cuanto esto contribuya a mejorar los patrones alimentarios en la infancia”, explicó la doctora Noelia Rodrigues Cambao, especialista en medicina familiar y psiquiatría, integrante del servicio de psiquiatría del Hospital Posadas.
Ante esta situación muchas familias, sin saberlo, aplican técnicas que no son las más efectivas. El obligar a un niño o niña a comer todo lo que está en el plato y castigarlo si no lo hace, ya sea con la prohibición de postre, golosinas o de otras maneras, genera una predisposición negativa que se le suma a la neofobia alimentaria y la empeora, según los expertos.

¿Cómo son los patrones alimentarios en los niños y niñas?

El aprendizaje de los sabores es un proceso que se lleva a cabo incluso desde antes de que los infantes prueben sus primeras comidas. Los expertos destacan que al principio suele existir una mayor inclinación a lo dulce, y que la incorporación de nuevos alimentos se da gracias a la exposición repetida a lo largo del tiempo.

“Las primeras experiencias con la comida, incluyendo la lactancia materna, impactan en las futuras preferencias de sabor, pero el sabor es una construcción de la que participan los sentidos del gusto, del olfato y del tacto; la textura del alimento cumple un rol preponderante en la infancia, así como su color. Es fundamental que el momento de la comida sea placentero para ellos y que vean que los nuevos alimentos son de consumo habitual para el resto de la familia”, manifestó la doctora Cecilia Araujo, pediatra especialista en nutrición pediátrica de la sección Nutrición y Diabetes del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

En la actualidad, los infantes con neofobia alimentaria poseen una dieta con alto contenido de grasas. A su vez, presentan poca variación en el consumo de verduras y frutas, tan solo el 20% de las cantidades recomendadas, según señalaron en un informe reciente de la Fundación Interamericana del Corazón y Unicef. Estos alimentos contienen fibra, esencial para una buena digestión y absorción de nutrientes ya que contribuye al buen funcionamiento de la microbiota intestinal.

Estrategias

Desde el equipo médico especializado en nutrición infantil recomiendan técnicas para mejorar la predisposición en niños y niñas a probar e incorporar alimentos nuevos a sus dietas:
Se debe asegurar un entorno social positivo a la hora de comer. Tiene que prevalecer el disfrute y la alegría, además de la garantía de un entorno seguro.
Para que la transición hacia un menú más amplio sea gradual y amena, se pueden combinar nuevos alimentos con las comidas preferidas del niño o niña. De esta manera es más probable que sean aceptados.
Un aspecto clave es la exposición repetida. Al agregar un alimento en pequeñas cantidades, y cocinado o preparado de distintas formas, se puede aumentar la probabilidad de aceptación por parte del infante.
Incluir a los niños y niñas en la preparación de los alimentos.
Comer alimentos variados en frente de los infantes puede incrementar su aceptación, ya que los estimula a consumirlos al observar que son seguros.

Por último, los expertos recomiendan proporcionar tres alimentos nuevos tres veces cada uno. Es importante alternarlos a lo largo de los días, ya que se notó una mayor efectividad con relación a si se los ofrece durante tres días seguidos.