ARTROSIS DE RODILLA: CÓMO PODRÍA PREVENIRSE Y QUÉ TRATAMIENTO CONVIENE REALIZAR SEGÚN LOS TRAUMATÓLOGOS

La artrosis de rodilla se caracteriza por el deterioro paulatino del cartílago articular que recubre la rodilla y conduce a la aparición de dolor con la actividad física, incapacidad variable para caminar y permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla. El traumatólogo Esteban Suárez dialogó con EL NORTE para explicar la importancia de realizarse los tratamientos adecuados.

Es importante acudir a los profesionales antes que autodiagnosticarse. Imagen ilustrativa.

De la Redacción de EL NORTE
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La articulación de la rodilla la forma el fémur, por una parte, y por otra, la tibia y el peroné. Estas superficies están tapizadas por el cartílago articular. La artrosis de rodilla se caracteriza por el deterioro paulatino de este cartílago y conduce a la aparición de dolor con la actividad física, incapacidad variable para caminar y permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla.

“Es importante marcar una diferencia y explicar con detalle qué es la artrosis. Tengo muchos pacientes que confunden esta enfermedad con la osteoporosis. La artrosis duele mucho y la osteoporosis no, porque lo que hace es desmineralizar y producir pérdida de colágeno del hueso, llevándote a una posible fractura”, explica el traumatólogo local.

“En lo que respecta a la artrosis, lo que hace es desgastar las articulaciones, por lo general una o dos a la vez, haciéndote dolor solo en esa zona. Es común en cadera y rodilla y cada día aparecen más pacientes en mi consultorio con esta enfermedad y sin discriminar la edad, tengo pacientes jóvenes que ya empiezan con esta problemática”, cuenta el Dr. Esteban Suárez.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen distintos tipos de dolores cuando se trata de esta enfermedad. Es probable tener artrosis pero que no duela tanto, llevando a que el paciente no perciba que algo anda mal y su cuadro empeore por el desgaste que se le genera, inclusive, al caminar.

“Me ha pasado de pacientes a los que les hago una radiografía y te das cuenta de que esa persona no puede caminar, pero te dicen que recién les duele cuando caminaron 20 cuadras, una diferencia terrible. Están con artrosis, pero como el dolor no es fuerte lo desestiman y eso empeora luego el cuadro”, afirmó Suárez.

Tratamientos

Existen diversos tratamientos para la artrosis, ya que no es lo mismo un paciente joven que uno de edad avanzada. Deben analizarse los tipos de tareas que realizan en su vida diaria, la cantidad de actividad física a la que se someten, si son personas con factores de riesgo, la intensidad de la artrosis. Los factores son varios y diversos, siempre destacando que cada cuerpo es distinto.

“Hay que ver no solamente la radiografía, sino también cuánto le duele, cuándo le duele, la edad del paciente, evaluar todo lo que es comorbilidad, que es si el paciente tiene sobrepeso, diabetes, hipertensión, algún problema en el corazón, para poder darle diferentes opciones de tratamiento”, aseveró Suárez.

De inmediato, Esteban agregó que “es muy importante saber qué actividades realiza la persona que estamos tratando y qué edad tiene porque de eso deviene la solución a su problema. La energía, la fuerza, los movimientos, todo lo que esa persona haga es crucial para brindarle un tratamiento adecuado, que le sea útil y pueda volver a sus actividades sin forzar la rodilla”.

“También, hay que tener en cuenta que el enfoque debe ser multidisciplinario. Nosotros en Cemir encaramos el problema con un clínico, con una nutricionista, con el kinesiólogo, con el psicólogo/psiquiatra, cuando uno hace todo junto los pacientes tienen mejores resultados. Por eso la importancia de conocer bien a la persona para darle en la tecla con su problema”, cuenta el traumatólogo.

Las opciones

Con una referencia para que hasta un niño pueda entenderlo, el Dr. Suárez centralizó el foco de la cuestión con un sándwich. Esto con el fin de que se entienda que no importa el tratamiento, debe ser conjuntamente con profesionales y no escoger una sola opción y esperar un milagro.

“Esto es como comerte un sándwich. Vos lo que hacés es agarrar pan, untarle mayonesa, ponerle queso, jamón y pan encima, no comés primero el pan, después una cuchara de mayonesa, después el jamón. Si hacés únicamente una infiltración, o sesiones de kinesiología o tomaste antiinflamatorio, te estás comiendo el sándwich por partes y no es el mismo resultado que si hacés los tratamientos conjuntamente adaptados a tu necesidad y tu cuerpo”, explicó Suárez.

En cuanto a las opciones, el traumatólogo local manifiesta que hay que tener un abanico de posibilidades y no ir por un solo camino. La ayuda integral de los distintos profesionales te da esa virtud.

“De menor a mayor, entre las opciones, tenemos: las no quirúrgicas; medicación y kinesiología; bajar de peso; cambiar actividades dependiendo de la artrosis que tenga, agregar calzado especial. Después tenemos los corticoides, ácido hialurónico (que suele utilizarse en tratamientos de estética), que es una sustancia natural que hay dentro de la rodilla. Lo que se hace es poner la inyección, que admito es un poco cara, ya que ronda los $ 5000 la inyección, aliviando el dolor para poder realizar kinesiología e ir mejorando la rodilla. Por último, tenemos técnicas más nuevas que aún están en estudio, y que son el plasma rico en plaquetas y células madre; ya se han aplicado y hay buenos resultados, pero depende de la persona”, detalló Suárez.   

“En cuanto a las quirúrgicas, vale la pena destacar que depende de la edad del paciente. Tenemos la microcirugía que es la artroscopía, que colocamos una cámara dentro de la articulación para realizar una limpieza, se trabaja sobre los meniscos, se puede trabajar sobre la rótula también. Es como hacer chapa y pintura a un auto viejo, el auto sigue viejo pero nosotros lo acomodamos un poco. Luego de estos tratamientos te mandamos a hacer kinesiología y con algún otro profesional dependiendo de la necesidad y ya vas a estar mejor”, agregó el profesional.

Desde ya que no es lo mismo que antes. Cuando una persona se somete a estos tratamientos, mejora su cuadro, pero no es la misma capacidad que si no se hubiese contraído artrosis. “Obviamente que no vas a poder ir a jugar al pádel, pero tengo muchos pacientes que otros colegas le habían dicho que la rodilla no tiene solución y con estos tratamientos hoy muchos hasta volvieron a hacer deporte”, contó Suárez.

“Finalmente, nos queda la prótesis de rodilla. Tiene algunas complicaciones que no permiten que se aplique a todos los pacientes y, lamentablemente, las mejores son importadas, siendo estas muy caras. Esta opción la reservamos para el paciente que no le funcionó nada de lo anterior”, sentenció Suárez.