jueves, 28 noviembre, 2024
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La pesadilla que vive una mujer víctima de violencia de género

RELATOS QUE ESTREMECEN

Separada desde hace un año de su pareja con la que convivió durante 20 años y tuvo dos hijos, una mujer denuncia una interminable pesadilla de amenazas, hostigamiento, desobediencias, agresiones y golpes. Después de más de ocho denuncias en un año, recién esta semana le activaron el botón antipánico. “Necesito que el caso se conozca para protegerme”, explica.

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De la Redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar

Una mujer de 36 años, de quien por razones de confidencialidad se hará reserva de identidad, en diálogo con EL NORTE relató el calvario que vive desde hace un año cuando decidió poner fin a la relación con su expareja, padre de sus dos hijos, con quien convivió por más de 20 años.

Detalló, apoyada en denuncias y fotografías, una sucesiva serie de agresiones, daños en la propiedad, amenazas de muerte, hostigamiento, acoso, desobediencia y golpes. En el último hecho reportado el pasado 23 de enero, el hombre la habría seguido y le habría “tirado” una camioneta sobre su auto cuando ella estaba en su interior. El hombre nunca estuvo detenido y recién con la última presentación ante la Justicia desde la Dirección Municipal de Género le activaron el botón antipático. La fiscalía actuante informó esta semana que dado que se acumularon las denuncias, en breve podrían pedir la elevación a juicio.

En el relato de los hechos, la mujer manifestó: “Estuvimos en pareja desde que yo tenía 15 años, tuvimos dos hijos y nuestra convivencia fue normal hasta que en enero del año pasado le planteé que quería separarme. Al principio pareció aceptarlo, seguramente pensando en que era una idea pasajera. Cuando comprendió que estaba decidida comenzaron las escenas de violencia y acoso que fueron escalando en grados hasta llegar a que en marzo pasado tuviera que radicar la primera denuncia. Fue el día en que sepultamos a mi papá, le pedí que trajese a nuestra hija y todo terminó en una agresión en la que intentó ahorcarme. Esa primera vez me negué a instar la acción penal pensando en que todo iba a pasar”. “Yo ya me había mudado a una casa lindera. Estaba cansada de los hostigamientos y me compré un colchón y una cama y me fui a vivir ahí. No tenía muebles, ni podía usar el baño porque había que repararlo, pero cuando llegué, por primera vez en mucho tiempo, pude dormir una noche entera”, relató la persona víctima de violencia de género.

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Luego de varias denuncias, a casi un año de la primera, le dan el botón antipánico / ILUSTRACIÓN

Dejar el hogar

“Tuve que irme de la casa que era de los dos, me fui con lo puesto y no pude llevar a mis hijos conmigo porque no tenía nada. Después fui arreglando y compré muebles, pero mi hija que todavía es menor -con discapacidad- ya no quiso venir conmigo manipulada por su padre. Nuestro otro hijo ya es mayor y podemos vernos y hablarnos cuando queremos”, explicó. “Con el paso del tiempo las cosas fueron empeorando y tengo miedo por lo que pueda pasarme, porque no para. Empezó con amenazas y fueron sumándose episodios violentos. Llegó a saltar un tapial que hice construir y meterse en mi casa. Fue cuando lo denuncié por primera vez, entró mientras yo no estaba, revolvió todo, rompió muebles, accesorios y me robó toda mi documentación. En varias ocasiones me trabó las puertas quebrando llaves desde adentro. En una oportunidad me rompió el auto a piedrazos y otra vez me tiró una camioneta encima. Tengo todas las fotos de las marcas que me dejó con sus golpes. Los vecinos lo han visto merodear la zona a pesar de que tiene perímetro de acercamiento, que violó todas las veces que quiso. Tuve que volver a mudarme porque a pesar de tener exclusión, nunca se hizo efectiva”, contó la mujer.

“Nuestra hija fue diagnosticada con TDAH que es un síndrome de deficiencia de atención con hiperactividad y requiere tratamiento. Él renunció a su trabajo cuando nos separamos, por lo que tuve que hacerme cargo del pago de su escuela y de la mutual. Ella presenció varios de los episodios de violencia. Necesito hacer esto público para que la violencia se termine de una vez por todas. Desde la Comisaría de la Mujer no me dieron el apoyo que necesitaba, llevo más de ocho denuncias y no tengo soluciones. Recién ahora desde el Municipio me dieron el botón antipánico. Hace unos días me llamaron desde la fiscalía y me dijeron que están terminando con la instrucción y que seguramente elevarán la causa a juicio. Tengo miedo por lo que pueda pasar. Necesito protegerme”, concluyó la mujer.

La causa

Desde la UFI Nº 1, donde llevan adelante la instrucción, consultados por éste y otros casos en general manifestaron lo siguiente: “A este tipo de causas, al menos en esta fiscalía, se les da especial relevancia y tratamiento urgente. En general cuando se hace una denuncia de este tipo, en el mismo momento si la persona está en el lugar, se procede a la aprehensión, se les toma declaración y si el caso amerita, se pide la detención y generalmente el juez de Garantías la autoriza. Pero es común que sean prontamente excarcelados, porque más allá de la violencia en sí los delitos de lesiones leves o amenazas calificadas como en estos casos son excarcelables, salvo que el agresor tenga antecedentes penales”.

“En este caso puntual, se trata de una causa que tiene varias denuncias acumuladas, pero al menos prima facie ninguna de ellas con entidad suficiente como para considerarla intento de homicidio, lo que agravaría la figura. Es muy entendible el temor de la víctima, pero los hechos plasmados en la realidad jurídica si bien configuran los delitos de lesiones leves y amenazas calificadas, además de los daños en las cosas y en el auto no tienen la suficiente entidad como para caratularlo como ‘tentativa de homicidio’. Este hombre fue citado desde el primer momento en que la víctima denunció, se instruyó la causa y se le tomó declaración en calidad de imputado. En los últimos días se sumaron dos denuncias más, por lo que deberá comparecer nuevamente. El próximo paso será pedir la elevación de la causa a juicio cuando la fiscalía considere que ya reunió elementos suficientes como para sostener los extremos de la acusación En todos los casos se procede de la misma manera, se pide el enjuiciamiento, la causa se radica generalmente en el Juzgado Correccional y es ese juez quien decide la suerte del imputado y su condena. En el caso presentado, aunque la eventual pena no es mínima porque acumularía varias figuras, son condenas que en principio no son de cumplimiento efectivo, a menos que tengan otros antecedentes penales”, indicaron desde la fiscalía.