miércoles, 27 noviembre, 2024
Edición Diaria
Edición N°

NO DE NUEVO LE DECÍA…

Después de un año preparando el sistema de salud, que convengamos ya venía bastante destruido por los que hoy se rasgan las vestiduras, no se sumó ni una cama, no se controló como se debía, no llegaron la cantidad de vacunas necesarias y el Gobierno se vio obligado a la fácil: cierren todo y que sobrevivan los pocos de siempre. Al virus le ganamos entre unos pocos y se empobrece casi el cincuenta por ciento. Jodida la Semana de Mayo.

Lo miraba y le decía: “No, de nuevo no”.

Germán Rodríguez
diarioelnorte@diarieolnorte.com.ar

Y la posta es que a Alberto no lo seducía para nada la idea de cerrar todo porque los números no se la aguantaban. De esa imagen de un año atrás, en donde el Presidente emocionado y tomado de la mano con Axel y Larreta aseguraba que no arriesgaría la salud de ningún argentino, en la que todos lo aplaudían y le pedían que los adopte, sumando aplausos, cartelitos y toda una parafernalia que hoy a la vista de los acontecimientos hace que uno se mire con vergüenza (es más, de tener el DeLorean y retroceder unos once meses en el tiempo es como verse y decir: “Pero qué pelotudo, haciendo gimnasia en casa y terminando peor que nunca”), pasamos al “Andate, Alberso, no hablés más, que ya no te creo nada. Salvo los fundamentalistas con sueldos fijos que piden a gritos un cierre total. De esta sobrevive solo aquel al que en el banco le depositan todo el sueldo y puede pedir deliveries sin mover el culo e indignarse.

Del coronavirus nos salvamos entre todos, nos decían en un primer tiempo, pero evidentemente el concepto de patria, más aun tomándolo en esta Semana de Mayo, quedó en el absurdo total. Como siempre, como desde toda la historia, siempre se salvan los que pueden.

Ya con los primeros pseudopatriotas que convocaron a un Cabildo abierto para rajarlo al virrey y quedarse con todos los recursos del puerto sin importar que en el viaje había que liquidar a Moreno por sus ideas revolucionarias y mandar a la muerte al pobre de Belgrano, que quedó en bancarrota y forreado por sus contemporáneos tan solo por el pecado de haberse atrevido a soñar otra cosa sobre lo que debería ser un país, pasando por todos los bolazos que nos comimos en la primaria de los famosos héroes patrios y el forjamiento de esta falsa identidad que solo nos conmueve en los Mundiales y cuando suena el Himno, porque nos trae nostalgias de haberlo escuchado tantas veces en la escuela, la verdad es que acá, al otro, a nuestro conciudadano, a ese que nos completa y compone como sociedad, les importamos un carajo.

Thomas Hobbes en el “Leviatán”, un libro en el que daba los fundamentos del contrato social que debemos tener los hombres con la sociedad para vivir en un Estado al que le otorgamos la suma de todos los poderes y confiamos nuestra supervivencia, dice explícitamente que debemos delegar las libertades individuales a un Estado, porque sin eso somos “homo hominis lupus”, el hombre es lobo del hombre, dando a entender que si no tuviéramos control, nos haríamos mierda por sobrevivir. Y parece que no le erraba para nada.

Chicos, la pandemia no nos va a sacar mejores, ni mucho menos. Nuestras peores miserias aparecen siempre en estos casos y como buena humanidad que compartimos, no podíamos fallar.

Miente, miente que algo…

Esas miserias que empezaron bombardeando a nivel nacional a San Nicolás, con C5N publicando ‘fake news’, donde en un primer momento lo hicieron diciendo por todos lados que estábamos colapsados y no era así, para repetirlo días después, en la misma tónica de falacias aceptadas de manera condescendiente por concejales de oídos sordos y bocas mudas, hicieron finalmente mella.

Si habláramos “hipotéticamente”, y esta falsa noticia no fue tan solo un error de los periodistas del canal capitalino, sino algo malintencionado y pagado por alguien con nefastos propósitos, “hipotéticamente hablando”, ¿quién habría puesto la plata para que sea así? Porque curiosamente le apuntaban al intendente, siendo que es responsabilidad de provincia. ¿A quién le convenía ensuciar la ciudad y golpear a la política local haciéndonos retroceder prematuramente de fases? Pero ojo, hipotéticamente hablando, no queremos creer que esas cosas existen y que al final del arco iris los duendes no te dejan una olla con oro.

En este quilombo de fases, en las que éramos fase 3 sin estar en alto riesgo sanitario, de golpe debemos entrar en confinamiento armando un bardo interesante sobre en qué fase estaríamos, qué podemos o qué no podemos hacer, qué seríamos y quiénes somos en este vasto universo y otras boludeces existenciales, que no dan para andar pensando y menos con todas las series que pinta que vamos a tener que volver a encerrarnos a ver. Siempre y cuando tengamos la suerte de poder pagar un servicio de Internet y no estar bajo la línea de la pobreza que cada vez nos come más.
En fin, otra vez confinamiento estricto, otra vez encerrados y esperando lo que no sabemos que es.