JAQUE AL REY

Las fichas van cayendo del tablero. Los peones desaparecen, las torres y los alfiles se quieren marchar mientras sus reemplazos aguardan impacientes. El rey, quedó solo, nadie se acomoda para un enroque y sus movimientos son cada vez más limitados. La reina se mueve rápido y feroz, las fichas van cerrando los caminos para un jaque que se antoja inevitable. Queda morir de pie o caer en el abandono.

Germán Rodríguez
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El poder es la peor de las drogas, es una sensación única que una vez vivida es imposible de dejar, nadie que haya sentido esa fuerza puede volver al llano, tiene la capacidad de disfrutar la vida como un simple mortal. Es una fuerza interna que sacude el mundo y que si no se controla puede prenderlo fuego.

Los números fueron peor que lo imaginado, porque esa bronca que se sentía en las calle podía traducirse en cualquier cosa, pero no se pensaba que se fuera directamente para el otro lado. La grieta es real y el voto fue un puñal indiscutible.

La mayoría no perdonó nada, no entendió de disculpas ni de errores de Fabiola, ni de promesas vacías. Muchos optaron también por ni siquiera ir al escrutinio, cansados de absurdos y engaños. Muchos de los que sí lo hicieron ejercieron su derecho a sufragar entendiendo que la historia de este país esta plagada de páginas oscuras y que aunque todo pinte como una gran patraña, es preferible seguir siendo responsable de esos actos y no que las espadas decidan lo que hay que hacer.

Golpes

Ahí estaban las renuncias que sonaban a un golpe interno, el poder que se evaporaba de entre los dedos, que se escurría como líquido pegajoso e inasible. Siempre se sintió segundo a pesar de que su nombre encabeza la lista, pero la energía que lo había puesto ahí y lo secundaba no podía despreciarse. Tuvo un tiempo cuando el país estaba desconcertado que tomó el timón y se sintió poderoso, único, insustituible, había que tomar decisiones en la pandemia y él fue más duro que lo que se esperaba. La debacle económica actual y heredada no tenía sostén, pero en la gran plaga que asolaba el mundo, optó por cerrar todo y el resto acompañó. El miedo a lo desconocido jugó un gran papel y las decisiones rápidas eran lo que importaba.

Pero se hizo largo, demasiado largo y la plata no alcanzaba y los muertos a pesar de todo empezaron a caer y llegaron los desajustes de un castillo de cristal.

Leviatán

El poder no tiene dueño, es una entidad ciega y poderosa que carcome desde las entrañas, es un mito urdido desde la raíces de la tierra, una fuerza de la naturaleza que mata y devora. Somos animales que piensan y nada más, pero ese espíritu voraz puede destruirnos en cualquier momento. El hombre es lobo del hombre, entonces fue necesario crear leyes, religiones y estados que lo controlen. Maquiavelo dio las pautas para los gobernantes que debían entender que solo mediante engaños y mentiras podíamos controlar a todas las bestias que pelean por un solo lugar, que no les importa destruir todo con tal de perseverar. El Leviatán generalmente se come la cola y no para hasta devorarse.

Caer

Tan pesado el cargo, las decisiones, el puesto, la espada de Damocles pendiendo de un hilo que se quema. Debe sentirse tan profunda esa soledad del abandono y el engaño. Como deben volver una y otra vez las pesadillas de esa fiesta que nunca debió ocurrir y las declaraciones que se antojaron ridículas y que los enemigos supieron capitalizar. Hoy los peores se sienten genios y él lo permitió jugando muy mal el juego.

Los memes tienen su cara, ya el ridículo se desnuda con cada una de sus palabras, sus discursos se desdibujan como chistes y un ejército de haters se hacen un festín con cada decisión. Por más que grite el rey está desnudo, los pasillos de la Rosada lo notan débil y en el reino de los lobos al líder de la manada que cojea se lo devoran sin dudarlo.

En el tablero de ajedrez la reina se hace poderosa y él, como un rey de pocos movimientos, observa temeroso como las fichas se preparan para darle un jaque definitivo e inevitable.