miércoles, 27 noviembre, 2024
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GUERRA DE UCRANIA: EL ESCALOFRIANTE INFORME DE MÉDICOS SIN FRONTERAS

La ocupación rusa dejó hospitales inutilizados, saqueados, ambulancias destruidas y minas antipersonales adentro de centros de salud en funcionamiento, en un cuadro de total devastación.

Un hospital en ruinas en Donetsk. Foto: Colin Delfosse.

Impedidos de ingresar a las zonas controladas por Rusia, MSF (médicos sin frontera) ha sido testigo de la destrucción causada por la guerra solo en el territorio controlado por Ucrania, incluso en zonas bajo ataque como Mijolaiv y Apostolove y áreas anteriormente ocupadas por Rusia y recuperadas por las fuerzas ucranianas (Donetsk y Jerson).

La escalda de la guerra, llevó a los médicos a brindar desde atención quirúrgica hasta la evacuando de los pacientes a instalaciones médicas más alejadas de la línea del frente, proporcionando medicamentos y equipos médicos esenciales, estableciendo clínicas médicas móviles y brindando fisioterapia y atención de la salud mental.

Tras el cambio de la línea del frente hacia el sureste, los equipos de MSF evaluaron las necesidades médicas y humanitarias de las personas en 161 pueblos y aldeas que habían quedado atrapadas entre las líneas del frente cambiantes en las regiones de Donetsk y Jerson.

El objetivo era brindar tratamiento médico a quienes aún vivían en el territorio en disputa; a menudo, los equipos médicos trabajaban a una distancia de hasta 12 km de la línea del frente. Lo que presenciaron fue un patrón de devastación: casas, negocios, parques infantiles, escuelas y hospitales reducidos a escombros por incesantes bombardeos y bombardeos.

Ni un hospital en pie

Drobysheve, un pueblo en la región de Donetsk, fue uno de esos lugares. Los equipos médicos de MSF no pudieron encontrar un solo edificio con la integridad estructural para usarlo como una clínica improvisada; al final, reutilizaron contenedores para envíos internacionales como clínicas. Siguieron esta práctica en 10 pueblos diferentes en las regiones de Jerson y Donetsk.

A principios de 2022, el personal médico de MSF ya estaba presenciando ataques a la infraestructura sanitaria con diversas armas. En dos ocasiones distintas, los equipos médicos de MSF fueron testigos del aparente impacto de las municiones en racimo en los hospitales.

El 4 de abril de 2022, un equipo de MSF visitó la ciudad de Mykolaiv, en el sureste de Ucrania, para reunirse con las autoridades sanitarias de la ciudad y la región.

Alrededor de las 15.30 horas, cuando el equipo entró en el hospital oncológico de la ciudad, que ha estado tratando a pacientes heridos desde finales de febrero de 2022, el área alrededor del hospital fue atacada por las fuerzas rusas.

Luego de varias explosiones en las proximidades, el equipo salió de su refugio y vio personas muertas y heridas en la calle.

​Más tarde ese día, presenciaron un ataque que golpeó el hospital pediátrico de la ciudad. No hubo un cráter masivo, como ocurre con tantas otras explosiones; en cambio, había numerosos agujeros pequeños en el edificio y en el suelo que rodeaba el área, un impacto consistente con el uso de municiones en racimo.

Minas antipersonales adentro del hospital

Tras la contraofensiva ucraniana, MSF pudo llegar a numerosas instalaciones médicas ubicadas en antiguas áreas ocupadas por Rusia en las regiones de Jerson y Donetsk.

Los equipos médicos de MSF descubrieron que las instalaciones habían sido saqueadas, mientras que los vehículos médicos, incluidas las ambulancias, habían sido destruidos. En el interior de dos de estas instalaciones vieron armas y explosivos.

MSF también fue testigo de tres casos separados de presencia de minas terrestres antipersonales dentro de recintos hospitalarios en funcionamiento, el 8, 11 y 15 de octubre de 2022. Estas instalaciones médicas se encontraban en áreas anteriormente bajo ocupación rusa en las regiones de Jerson, Donetsk e Izyum.

“El uso de minas terrestres está generalizado en las áreas de primera línea, pero verlas colocadas en instalaciones médicas es impactante, un acto notable de inhumanidad. Envía un mensaje claro a quienes vienen en busca de medicamentos o tratamientos: los hospitales no son un lugar seguro”, dice Vincenzo Porpiglia, coordinador de proyectos de MSF para la región de Donetsk.

Sanidad bajo ocupación

Entre el 15 de noviembre de 2022 y el 19 de febrero de 2023, los equipos médicos de MSF realizaron alrededor de 11.000 consultas a personas en pueblos y aldeas en áreas anteriormente ocupadas por Rusia en las regiones de Donetsk y Jerson.

Estos equipos observaron que las personas que no habían podido huir tenían pocas opciones para acceder a la atención médica.

La mayoría (65%) de los pacientes eran mayores, con problemas para trasladarse o padecían enfermedades crónicas, como hipertensión crónica, enfermedades cardiovasculares y diabetes.

A menudo, estas enfermedades crónicas no habían sido tratadas durante varios meses, mientras que la escasez de alimentos les impedía controlar sus dietas, lo que les generaba problemas de movilidad, vista y función muscular, y aumentaba su dependencia de los demás.

Desde noviembre de 2022 hasta enero de 2023, MSF también realizó 48 entrevistas con pacientes y profesionales de la salud, quienes describieron que el acceso a medicamentos esenciales y atención médica estaba severamente restringido durante la ocupación rusa.

Esto corroboró los informes de muchas más consultas privadas entre el personal de MSF y los pacientes. Según los pacientes y los profesionales de la salud, las instalaciones médicas y las farmacias que no fueron destruidas fueron saqueadas, mientras que las fuerzas de ocupación no aseguraron el suministro de medicamentos.

“Solo quedaban unos pocos médicos y personal médico en el hospital cuando las tropas rusas entraron en nuestra ciudad. No teníamos cirujanos en absoluto. Las personas con heridas de metralla eran llevadas al hospital todos los días. Los ayudamos. Poco a poco nos estábamos quedando sin suministros médicos”, relató un médico de Jerson.

La palabra de los médicos​

Los médicos también describieron a los equipos de MSF el trato que recibieron a manos de los soldados, que incluía intimidación, detención, violencia y malos tratos. Un médico que trabaja en un centro que actualmente cuenta con el apoyo de MSF describió sus experiencias.

“Soldados rusos vinieron a mi casa para arrestarme. Me llevaron al departamento administrativo, donde me interrogaron durante dos horas. Me dijeron que querían que el personal del hospital colabore con ellos. Me golpearon. Me ordenaron que dejara de hablar ucraniano. Finalmente me dejaron ir”, relata.

“Pero los soldados regresaron una semana después –dice–esta vez en el hospital. Me esposaron delante de todo el personal. Me obligaron a subir a un vehículo y me llevaron al sótano de mi casa donde me volvieron a golpear. Había al menos 10 de ellos. Destruyeron todo en el sótano, la casa y el garaje”..

Y agrega: “Se quedaron con las llaves de mi casa y me llevaron a la comisaría ocupada por los rusos. Me pusieron en una celda en el sótano durante media hora antes de que un soldado me encontrara y me dijera que tenía unas horas para salir del área o de lo contrario me matarían. Me dijeron que no volviera al hospital ni hablara con nadie del personal”.

Luego lo metieron en su auto y lo siguieron durante un camino lleno de minas terrestres. El médico condujo aterrorizado de morir en su auto. Logró cruzar los campos hasta las fuerzas armadas ucranianas y a quienes mostró lsa heridas y laceraciones. “Me ayudaron a cruzar a territorio controlado para llegar a mi familia”, concluyó.

El nivel de destrucción en la guerra en Ucrania ha sido masivo, paralizando la infraestructura médica en el proceso. Y esto tendrá un impacto a largo plazo en el acceso de las personas a la atención médica, indica MSF.

Y concluye que las partes deben respetar el derecho internacional humanitario y cumplir con sus obligaciones de proteger a los civiles y la infraestructura civil; los hospitales y otras instalaciones sanitarias nunca deben ser objetivos.

Las partes beligerantes deben permitir el suministro sin obstáculos de medicamentos y suministros médicos que salvan vidas y proporcionar acceso seguro y sin obstáculos a la asistencia humanitaria independiente para quienes la necesitan.