jueves, 28 noviembre, 2024
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POLÉMICA INVESTIGACIÓN PROPONE GESTAR EN EL CUERPO DE MUJERES CON MUERTE CEREBRAL

BIOÉTICA

Luego de la publicación del Colegio Médico Colombiano, se dieron a conocer varias críticas a la iniciativa. La investigación tuvo que eliminarse del portal. La organización de profesionales de la salud tardó en disculparse. La secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, Angélica Ortiz, declaró que ningún cuerpo se está “desperdiciando” en la actualidad porque las mujeres no son “una fábrica de personas”.

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

La congresista colombiana Jennifer Pedraza reaccionó en redes sociales: “Las mujeres no somos utensillos para desechar después de usadas, las mujeres tenemos derechos humanos, así a algunos se les olvide”.

El Colegio Médico Colombiano difundió una investigación que propone utilizar los cuerpos de mujeres con muerte cerebral para gestación. Finalmente fue eliminada de sus páginas tras las fuertes críticas recibidas. Tenía como fuente el trabajo de Anna Smajdor, una investigadora de la Universidad de Oslo -en Noruega- en el que desarrolló el concepto de “donación gestacional de cuerpo entero” para personas con muerte cerebral.


Siguiendo su planteo, los embriones se colocarían en el útero de la mujer y podrían gestarse a término, algo ya médicamente demostrado, lo que “ofrece un medio alternativo de gestación para padres que desean tener hijos pero no pueden o prefieren no gestar”.
El debate por la gestación subrogada, habitualmente controversial, explotó ante esa sugerencia, y puso contra las cuerdas a la institución.

“Nuestro talante siempre será el progreso de la medicina al servicio de la humanidad con los más altos estándares bioéticos”, defendió inicialmente el CMC. Así, el CMC no se disculpó inmediatamente.

Optó por reproducir en redes sociales un mensaje que pone al final de todas las publicaciones de su revista: “Epicrisis es el órgano oficial de comunicación del Colegio Médico Colombiano. La opinión y conceptos personales expresados en los artículos firmados por un tercero no reflejan la posición de Epicrisis o el Colegio Médico Colombiano”. El Colegio finalmente cedió de cierta manera: llenó los hilos de críticas con respuestas que reproducían las “sinceras disculpas” de la institución.

PUBLICACIÓN Y REACCIÓN EN REDES


El artículo implicado se publicó el pasado 17 de enero en Epicrisis, el portal de noticias de la organización colombiana de profesionales de la salud. Era una traducción de un original publicado en el portal de bioética Bioedge, firmado por Michael Cook.

Sus fuentes son el trabajo de Anna Smajdor, de la Universidad de Oslo, que en la revista Theoretical Medicine and Bioethics desarrolla el concepto de “donación gestacional de cuerpo entero” para pacientes con muerte cerebral.

“Ella argumenta que estas mujeres podrían tener un buen uso como sustitutos gestacionales siempre que hayan hecho una directiva anticipada”, decía el texto en Epicrisis, ahora retirado. “Es sorprendente que nadie haya discutido esto en detalle antes. ¿Qué pasa con todos esos cadáveres de mujeres con tallo cerebral en camas de hospital? ¿Por qué sus úteros deberían desperdiciarse?”, se pregunta.


Las críticas en redes sociales surgieron con el pasar de los días. La secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, Angélica Ortiz, declaró que ningún cuerpo se está “desperdiciando” en la actualidad porque las mujeres no son “una fábrica de personas”.

“Ellas no son mujeres que podrían tener un buen uso; porque nosotras no somos cosas a usar”, remarcó en Twitter. Algo similar opinó la congresista Jennifer Pedraza: “Las mujeres no somos utensillos para desechar después de usadas, las mujeres tenemos derechos humanos, así a algunos se les olvide”.

MIRADA DE ESPECIALISTAS


El médico obstetra Mario Sebastiani, la abogada especialista en derecho familiar Marisa Herrera y la doctora en derecho y bioética Eleonora Lamm reflexionaron en un artículo de Télam sobre la polémica investigación colombiana y las controversias que se desatan a partir de los avances en las técnicas de reproducción asistida.


“El de la autora es un planteo absolutamente teórico que no es nuevo. Si en el futuro se va a avanzar en estas opciones no lo sé, pero es interesante y necesario debatir los problemas morales que pueden conllevar”, aseguró Sebastiani.


Uno de los argumentos centrales del texto es que “el embarazo y el parto, por más que sean algo natural, siempre llevan riesgo de enfermedad”, explicó el obstetra siguiendo a Smajdor, que también fundamenta su propuesta en que “la tasa de fertilidad (y natalidad) viene disminuyendo drásticamente a nivel mundial”.


Lo que se problematiza es “si no es éticamente mejor” trasladar los riesgos de la gestación “a quien ya no puede ser perjudicado”, sostuvo el médico. Otra consideración no exenta de polémica al mismo tiempo. En términos bioéticos, tanto Sebastiani como Lamm coincidieron en que, en principio, si la persona “presta su consentimiento y está debidamente informada, podría hacerlo. De hecho, es ‘dueña’ de ese cuerpo”.


Surgen sin embargo varios dilemas a partir de este punto: ¿Es tenido en cuenta el respeto “al interés superior de la persona” que va a gestarse dentro de un cuerpo en tal condición? O si el bebé tuviera un “grave problema de salud” y quienes deseaban ser padres ya no quieren, ¿Qué sucedería en términos filiatorios? ¿Quién se haría cargo? Y si en plena gestación hay una complicación en la salud general de la persona gestante ¿Se priorizaría a esta última o al feto? ¿Quién decide en ese caso? Aún más, ¿Cómo se concibe la voluntad de una persona que gesta con muerte cerebral?


Lo cierto es que son “muy frecuentes” los casos de personas embarazadas que repentinamente sufren muerte cerebral y que, si bien tiene claras diferencias con lo propuesto por el artículo, ya plantean “grandes debates de si llevar el embarazo a término o no, quién decide por la mujer o qué hubiera querido ella”, aseguró el obstetra.

“COSIFICACIÓN Y REDUCCIÓN A MÁQUINAS”


“Creo que estos debates son un llamado de atención para avanzar en lo que denominamos directivas anticipadas: pensar y expresar a la medicina, familiares o amigos qué queremos y qué no, dejar nuestro consentimiento informado -como en la donación de órganos- para tener voz cuando no la tengamos”, sostuvo.


Lamm aseveró: “Lo complicado está en pensar que en lugar de personas gestantes podemos empezar a utilizar esos cuerpos como si fuesen un horno. Una persona gestante no es lo mismo que un cuerpo muerto, es completamente distinto”.


Por su parte, Herrera fue enfática en que el planteo de la autora noruega es “una cosificación absoluta del cuerpo” e implica “su reducción a ser úteros, a ‘servir’ a modo de ‘máquinas’ para alcanzar el deseo de otros”.

“MIRADA MERCANTIL Y NEOLIBERAL”


“Cuando uno está con muerte cerebral no tiene conciencia, por lo tanto lo que está anulada es la autonomía. Gestar es un proceso, no es una decisión de un momento y nada más. Si ese proceso pierde la autonomía, está perdiendo un concepto que es central en los derechos personalísimos y en los derechos humanos. Creo que esta forma de concebir la gestación tiene que ver fuertemente con una mirada mercantil y neoliberal de que todo se compra y vende. Nada más alejado está de eso una gestación”, sostuvo.


“Es falso que esto nos salva de los debates en torno a la gestación por sustitución”, coincidieron las especialistas, que pidieron sea tratado alguno de los cuatro proyectos de ley presentados que buscan regularla en el país. “Demos ese debate, que me parece es mucho más sincero y ético que querer hacer pasar por máquinas a los úteros de personas en situaciones muy complejas como es la muerte cerebral, no sólo en términos individuales sino familiares/afectivos”, concluyó Herrera.