jueves, 28 noviembre, 2024
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LA GESTIÓN MENSTRUAL, EN ESCENA

BASTA DE TABÚ

Las redes sociales explotaron luego de una interpretación de Sofía Jiménez en el programa de ALaBarbarossa en el marco de una campaña publicitaria. El momento cobró una dimensión tan inesperada como necesaria: hay que hablar de la menstruación. El tema tiene distintas implicancias, además de que debe ser naturalizado. Menstruar cuesta entre 7300 y 7500 pesos al año. Y, por ejemplo, en América Latina 2 de cada 5 niñas faltan a la escuela durante su período menstrual.

Los mitos y la desinformación que rodean a la menstruación refuerzan el estigma sobre las personas menstruantes, que implica un obstáculo para su desarrollo personal y social. ILUSTRACIÓN WEB

De la Redacción de EL NORTE
diarias@diarioelnorte.com.ar

Una interpretación de Sofía Jiménez en el programa de ALaBarbarossa, en el marco de una campaña publicitaria que se conoció después. Puso en escena a la gestión menstrual. Mientras bailaba se ve una mancha roja en su pantalón. Las redes sociales explotaron y el momento cobró una dimensión tan inesperada como necesaria. Hay que hablar de la menstruación. Basta de tabú. El tema tiene distintas implicancias, además de que debe ser naturalizado.

Después de un gran trabajo de los activismos que se ocupan del tema, se puede ver que la menstruación no es solo un asunto de mujeres. Las personas menstruantes que asisten a la escuela no lo hacen en cuando están en su período porque no acceden a los productos de gestión menstrual. Lo mismo sucede con trabajadoras de la economía popular. Es decir, esto que para muchos es propio de las mujeres solamente, se convierte en un asunto del que tiene que ocuparse el Estado.

1800 millones de personas menstrúan

En América Latina, 2 de cada 5 niñas faltan a la escuela durante su período menstrual.
Según datos de ONU Mujeres, la entidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, en todo el mundo unas 1800 millones de personas menstrúan. De estas, casi el 28%, es decir 500 millones, no pueden acceder a instalaciones seguras. Como tampoco a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos saludablemente, como es el agua corriente, el jabón, toallas sanitarias, analgésicos, etc.

Según datos publicados por Unicef en 2019, en América Latina, el 43% de las alumnas que en período menstrual prefieren no ir a la escuela. Esto convierte a la menstruación en una de las principales causas del ausentismo escolar. Según los mismos datos de Unicef, en Argentina hay más de 12 millones de personas que menstrúan.

Factor de desigualdad

MenstruAcción es la campaña de la ONG Ecofeminita que desde 2017 comenzó a trabajar en el tema. “Entre sus ejes principales está la quita del IVA en productos de gestión menstrual, provisión gratuita en espacios públicos y comunitarios y en poner el eje en investigaciones y estadísticas tanto sobre la menstruación como los productos de gestión menstrual. Decimos que menstruar es un factor más de desigualdad.

Además de mujeres cis, hay personas no binarias y trans que menstrúan. Al ser un gasto anual y contar las personas feminizadas con una brecha salarial de aproximadamente de un 27%. A esto se le agrega el costo anual de menstruar que es un número que afecta más a quienes ganan menos.

Y en las clases más bajas desde la economía hablamos de la feminización de la pobreza. Porque siete de cada diez personas de los deciles más pobres son mujeres y son quienes tienen más problemas para el acceso de los productos de gestión menstrual. Por eso se necesita un acceso gratuito”, explica Florencia Tundis, integrante de Ecofeminita y activista de MenstruAcción.

Menstruar cuesta entre 7300 y 7500 pesos al año. Esto depende del producto que se usa y está determinado de acuerdo a cierto número de días del período.

Uno de los ejes de MenstruAcción es visibilizar. “La menstruación siempre fue un tabú por ser cosas de mujeres, y quienes realizan las políticas públicas y campañas de publicidad históricamente son los varones. Se piensa el mundo a partir de las experiencias de quienes no menstrúan, por eso la dificultad a la hora de contar con datos oficiales sobre cuánto cuesta menstruar y los datos sobre los productos, qué consecuencias tienen a la salud y políticas públicas que ayuden a quienes más lo necesitan: personas que menstrúan y no pueden enfrentar este gasto”, expresa Tundis.

Dificultades para sobrellevar la gestión menstrual

Natalia Haag, directora de Testeo y Prevención de VIH de AHF Argentina, explica: “Quienes no pueden afrontar ese gasto se ausentan de sus trabajos o lugares de estudio y, en muchos casos, adoptan otros métodos de gestión inseguros. De esta forma, la menstruación se vuelve otro factor de desigualdad convirtiéndose en un obstáculo para el pleno desarrollo de las personas”.

Las dificultades propias de la pandemia por COVID-19 y su impacto en la economía también han hecho que la compra de productos de higiene sea significativamente más difícil en todo el mundo. La falta de acceso genera dificultades a las personas que menstrúan. Como faltar hasta 18 días de su año escolar, depresión debido al estigma y la discriminación. Hay un mayor riesgo de ser víctimas del tráfico sexual, según AHF.

Argentina es el primer país en América latina que elaboró y discutió leyes en torno a la salud menstrual. Desde 2020 hay municipios de Buenos Aires y provincias que gestionaron provisión gratuita de estos productos. Además entró en comisión una ley nacional de salud menstrual.

En 2021, el Ministerio de las Mujeres lanzó el programa “Salud y Gestión Menstrual” con el objetivo de lograr una salud integral, reducir la brecha de desigualdad económica que existe entre las personas menstruantes e impulsar el uso de productos sustentables para cuidar el ambiente.

Necesidad de acceso

Es cierto que la situación mejora con la implementación de políticas públicas que garantizan el acceso a los elementos de gestión menstrual, aunque no es suficiente. También es necesario tener acceso a agua potable para mantener la higiene y disponer de un ambiente privado para tal fin. Es fundamental tener información sobre el uso correcto de los distintos elementos.

Los mitos y la desinformación que rodean a la menstruación refuerzan el estigma sobre las personas menstruantes, que implica un obstáculo para su desarrollo personal y social. Si bien en los últimos años esto fue cambiando y cada vez se habla más del tema, las desigualdades culturales, el desconocimiento y la falta de información hacen que se genere una resistencia que dificulta el tratamiento de la problemática y la implementación de más políticas públicas.

“El primer paso para cambiar esta realidad es tener información científica de calidad que permita que se aborde a la menstruación con seriedad y se la visibilice. Además, es fundamental dictar contenidos sobre menstruación en el marco de la Educación Sexual Integral, que contribuyan a derribar estereotipos para que no siga siendo un factor de desigualdad más”, destaca Haag.