martes, 26 noviembre, 2024
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AMÉRICA LATINA TIENE EL COSTO DE DIETA SALUDABLE MÁS ALTO DEL MUNDO

El alza en la inflación alimentaria incremento las dificultades para que las personas puedan acceder a una dieta saludable.

El dato surge del informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022 dado a conocer este miércoles por la ONU. 

El informe de la ONU resalta el alto costo que tiene una dieta saludable.

Más de 130 millones de personas en América Latina no cuentan con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable, la región tiene el costo diario más alto para alcanzar este tipo de dieta, se reportó este miércoles a través del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022 publicado por Naciones Unidas.

La publicación revela que 131,3 millones de personas en la región no pudieron costear una dieta saludable en 2020, lo que representa al 22,5% de la población regional y significa un aumento de 8 millones con respecto al 2019.

Este incremento se debe a un mayor costo diario promedio de este tipo de dieta en América Latina comparado con el resto de las regiones del mundo, llegando en el Caribe a un valor de 4,23 dólares, seguido de América del Sur con 3,61 y América Central con 3,47, mientras que el promedio global es de 3,54 dólares.

“América Latina y el Caribe atraviesa una situación de inseguridad alimentaria sin precedentes”, aseguró este mediodía Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante la presentación del informe.

Durante el evento virtual de presentación, Lubetkin indicó que la región sufrió una serie de impactos como la pandemia de la Covid-19, el agravamiento del cambio climático y la “grave crisis económica” que conforman una suma de elementos para tener una “sensación de preocupación extrema”.

El informe difundido este miércoles, es una publicación conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El reporte reveló que el aumento de precios internacionales de alimentos experimentado desde 2020, especialmente después del inicio del conflicto en Ucrania, y el alza en la inflación alimentaria incrementaron las dificultades para que las personas puedan acceder a una dieta saludable.

“Hablamos de la región del mundo con la dieta saludable más costosa, lo que afecta particularmente a las poblaciones vulnerables -pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas y afro descendientes-, las cuales destinan un mayor porcentaje de ingresos a la compra de alimentos”, dijo Rossana Polastri, directora regional del FIDA.

Entre el 2019 y el 2021, la cifra de hambre en la región aumentó en 13,2 millones, alcanzando un total 56,5 millones de personas con hambre en 2021, situación que también fue afectada por el impacto de la pandemia causada por la Covid-19.

“Es una paradoja considerando que América Latina y el Caribe podría producir alimentos para 1.300 millones de personas, el doble de las que habitan hoy la región”, advirtió Lubetkin.

El incremento de la cifra del hambre en la región está liderado por América del Sur, donde 11 millones de personas adicionales padecieron inseguridad alimentaria. Allí, el hambre alcanzó una prevalencia del 7,9 % en América del Sur, 8,4% en Mesoamérica y 16,4% en el Caribe.

Sobre este punto, Lubetkin indicó que los tres grandes desafíos que evidencia el informe son el salto en la cifra del hambre y la inseguridad alimentaria, el costo más alto de una dieta saludable en comparación a otras regiones del mundo y el incremento sostenido del sobrepeso y la obesidad con impactos en la salud y en la economía.

El informe, además, incluye recomendaciones y un análisis de políticas para mejorar la disponibilidad y asequibilidad de alimentos nutritivos a fin de apoyar a las personas más vulnerables y a los hogares de bajos ingresos que gastan una mayor proporción de su presupuesto en alimentos.