miércoles, 27 noviembre, 2024
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Edición N°

EL PERRO DYLAN Y LA TEORÍA DEL CAOS

CRÓNICAS DE LA TIERRA MEDIA

El vuelo de una mariposa en Brasil desata huracanes en Florida y el discurso de una vicepresidenta provoca la renuncia del ministro de Economía de los que parecían, eran del mismo partido. La teoría del caos desconcierta al mundo científico y filosófico dando más preguntas que certezas. Pequeñas variables que distorsionan el todo y pueden a la larga generar cimbronazos impensados.

Germán Rodríguez
redaccion@diarioelnorte.com.ar

La teoría del caos es la rama de la matemática, la física y otras ciencias (biología, meteorología, economía, entre ellas) que trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos no lineales muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo.

El discurso apuntaba al Presidente, dando más pruebas de que la relación entre los líderes del oficialismo no tiene vuelta atrás. En ese mismo momento, y por otro lado, el ministro de Economía presentaba la renuncia, acorralado por no tener respuestas, atosigado de presiones y sintiendo que era el momento del paso al costado, aduciendo que era para mejor, pero en el fondo entendiendo que lo que viene es desolador y no quería que sea su cabeza la que la sociedad pida. La economía es un caos, el dólar se dispara y nosotros desde siempre miramos al billete verde. ¿Cómo se desató el desastre?, ¿qué extraños vericuetos cósmicos insondables llegaron a los hoy faltantes de todo?, ¿cuál fue la larga cadena de acontecimientos que como fichas de dominó derivaron en desabastecimiento, especulación, mercados negros, más desempleo, más pobreza y más bronca?

Pichicho

Dicen que fue el perro Dylan que habría presenciado otro acto impúdico dentro de la Casa Rosada, la primera ficha de la cadena de desastres; recordemos que ya Dylan fue testigo de la fiesta clandestina de Fabiola y Alberto en plena pandemia, a pocas horas de que el presidente le había dicho boludo al surfista. Todo un quilombo. El tema es que el perro volvió a ver algo que no debía ver y ladró denunciando, algún camarero inoportuno se habría asustado y tirado la bandeja de café sobre un ministro x, que habría puteado en francés (cheto el tipo) provocando un desentendido con el canciller del país europeo que le dijo “te la pongo, forro” en un perfecto galo, lo que confundió también a un secretario de la vicepresidenta al cual se le voló la birome del susto y esta cayó en la tasa de Cristina que justo estaba dando vueltas pensando y escribiendo sus notas para el discurso por uno de los tantos aniversarios de Perón, lo que le dio la idea de que el General no tenía pelos en la lengua ni miedo de andar firmando cosas por ahí, por eso aquello de que él no era ni yanqui ni marxista.

Ahí la expresidenta pensó en lo de la birome, se lo dijo a Alberto en plena conferencia mientras el otro la miraba como diciendo “dale, che, tirame un centro que me hundo”, lo que provocó que Guzmán desde su ministerio se recontra pudra y renuncie porque no puede ser que sigan jodiendo con lo de la lapicera, si hoy en día todo se hace con computadora y memes.

Apenas se fue la nombraron a la excelentísima Silvina Batakis, que estaba con más ganas de prepararse una picada para ver con una birra a su boquita querido. En la euforia no tuvo mejor idea que alentar al club, proclamarse futura presidenta del Xeneize y confiar en Benedetto. Esas palabras quedaron impregnadas en la mente del Pipa a la hora de patear el penal mientras se decía: “Si yo no los voté, que no me jodan”. Y estrellaba el balón contra el parante derecho, quedando sentido para el resto del partido; de hecho, después mandó otro penal a la estratósfera. Con la eliminación de Boca la escuadra riverplatense se relajó, se mataron de risa, se la pasaron mandando stickers burlescos a sus rivales y hablaron de después ir a festejar la clasificación al bar. Lo que trajo confusión a la terna arbitral pero del otro VAR, ese que vigilantea desde una cabina de televisión, que se sintieron amenazados y a la hora de juzgar el partido optaron por cagarlo a River y dejarlo afuera de la Copa. Con nosotros no se jode, adujeron.

Este desanimo generalizado entre los hinchas de los clubes más grandes de la Argentina hizo que los ciudadanos rápidamente se olviden del fútbol y se aviven de la serie de calamidades que viene viviendo el pueblo de a pie. La bronca futbolera se dirige a la clase política y para colmo para el Mundial falta mucho, por lo que distraer a la masa hasta fin de año se antoja complicado. Probablemente se pudra todo.

También en otro multiverso Dylan no ladra, el café no se cae, el ministro sigue, Alberto y Cristina se abrazan, la economía repunta, River y Boca clasifican y de yapa ganamos el Mundial, pero para eso necesitaríamos al Dr. Strange.

Todo científico

Bueno, más o menos así agarrada de los pelos sería la teoría del caos que desvela a la comunidad científica. Caos económico, caos de lo impredecible, caos desde que somos nación y vivimos como una rama arrojada a un río, dependiendo de azares que apuntan para cualquier lado. Por eso que lo del destino de la naciones es puro verso. Todo es suerte y desgracia.