CRECEN LOS ESPACIOS A CIELO ABIERTO

SUPLEMENTO DÍA DEL ARQUITECTO

La Gran Manzana, Nueva York, siempre sorprende. Arte, espíritu cosmopolita y una acampada al aire libre como nunca imaginaste.

Por Flavia Tomaello.

La Quinta Avenida, las tiendas tentadoras, los parques interminables, los museos imperdibles, el arte urbano al alcance de la mano, la multiculturalidad en la vida cotidiana, el diseño de vanguardia y la moda más ecléctica… Nueva York nunca desilusiona por esa inquieta personalidad de ponérselo todo encima como una modelo barroca. Un atractivo inimaginable viene de la mano de domos, carpas y pequeños lodges que disponen al visitante la idea de mirar panza arriba un cielo bien Woody Allen.
Todo el ajetreo que tanto tienta al viajero, se equilibra con el arco de recursos cercanos que todo neoyorquino disfruta a modo de escapada. Apenas a un tirón de ferry desde el corazón mismo de Manhattan es posible cambiar el ajetreo por una bucólica vegetación en lujosos lugares para ir de glamping sin perderse de la esencia de la City.
Si algo tiene Nueva York es su capacidad de reinvención. A veces se trata solo de cruzar un puente a pie para vivir una experiencia de una ciudad estelar de modo glamping. Refugios escandinavos, carpas de alto vuelo, dormir entre leones o acunarse junto al lago. Nos vamos, mochila en mano, a cruzarnos con los sitios que te resultan inimaginables en el corazón de la ciudad estrella.

Ir a donde quieras

Si la idea es una experiencia de campamento aislada pero resulta mejor que otro se encargue de instalar la carpa, preparar todos los suministros o estar cerca de la ayuda si se necesita, entonces Tentrr es la opción. Funciona como una especie de Airbnb para campamentos, con opciones completamente equipados con tiendas de lona instaladas y esperando en lugares prístinos como prados en la cima de las montañas y bosques profundos. Las comodidades varían según el sitio, pero muchas incluyen sillas adirondack, fogatas, bancos, estufas de leña y cestos de desperdicios.
Una vez hecha la reserva y acordados los detalles, el emprendimiento destina un “campista”, por lo común el dueño del sitio en el que se colca la tienda, que oficiará como una especie de guía durante la experiencia.
Cada destino, de acuerdo con el ambiente y locación, cuenta con complementos disponibles que pueden incluir desde estufas a duchas solares, o botes para hacer una experiencia náutica. También se puede optar por alternativas más rústicas o glamorosas, de acuerdo a las ganas que se tenga.

Mirándote desde Governors Island

Anclada en el puerto de Nueva York, a Governors Island se llega en un corto viaje en ferry. En es ella donde Collective Retreats ofrece un glamping con ventanas al mejor landscape de Nueva York. Desde sus alojamientos se pueden contar las luces parpadeantes del conglomerado citadino y obtener una foto diferente de la Estatua de la Libertad.
Sus comodidades comprenden habitaciones con diseño a medida, detalles de lujo como la ropa de cama digna de un 5 estrellas y servicio gourmet al lodge las 24 horas. Aunque cuentan con alternativas de alojamiento tradicional, sus tiendas de campaña y refugios ofrecen todas las comodidades que pueden esperarse de un clásico hotel.
El desayuno -de producción artesanal con proveedores locales- llega a la carpa por la mañana y está incluido en el alojamiento. Algunas de las tiendas se complementan con un deck privado con vista al agua.

El calor de la madera

Gather Greene es refugio art nouveau incrustado en la naturaleza que ofrece 17 casitas de cedro con interiores minimalistas de pino. Las comodidades incluyen un círculo de hamacas, una hoguera y un área de pícnic, además de un pabellón de eventos de arquitectura impresionante.
Flanqueado por Catskills y Berkshiresse extiende por 40 hectáreas de colinas onduladas, este nuevo refugio natural que invita a ‘instagramear’. Es el lugar más nuevo de Hudson Valley e ideal para una escapada que te dejará sin palabras. Todas las comodidades de una pequeña habitación de hotel, en medio del bosque. Un gran ventanal que se siente como si estuviera en la naturaleza, pero con aire acondicionado, calefacción y duchas calientes. Para disfrutarlo como nunca. Cada una de las diecisiete cabañas tiene una terraza exterior, una cama king size, baño, armario con espejo grande, mini refrigerador y dosis de cafeína.

Con experiencia nómade

La yurta es una carpa cuyo nombre tiene antecedentes turcos. Era utilizada por los mongoles en sus campamentos. La que espera a apenas dos horas de Wall Street está pensada para disfrutar de toda la privacidad.
La propiedad está en 2 hectáreas de bosque y cuenta con un río privado con cascada y pozo para nadar. Además, una cocina al aire libre, una terraza enorme, un jacuzzi a leña, una ducha al aire libre y un trampolín. Ubicado al final de un callejón sin salida, solo el sonido de los pájaros y el agua que fluye durante todo el día.
Excelente ubicación para hacer un paseo por el parque estatal Minnewaska, escalada en roca en Gunks, Mohonk Mountain, Westwind Farm, Arrowood Brewery y pick-your-own Kelder’s Farm.
La yurta tiene más de 200 metros cuadrados, un altillo donde pueden dormir 4 niños o 3 adultos y una cama tamaño queen debajo con adecuada privacidad. Un sofá cama doble extra espera en la sala de estar. El baño es el único espacio cerrado.
Si la idea es estar cerca de la naturaleza y a la vez disfrutar de las comodidades, la yurta es una gran opción.

Con finca propia

Brooktondale es una pequeña aldea algo impensable a 11 km de Nueva York. Allí espera Érica, la propietaria de un campamento privado de lujo. Una carpa completamente amueblada y llena de luz en una plataforma con vista a un estanque, pastos y el valle más allá. Situado en una finca en funcionamiento a solo 15 min al sudeste de Ithaca, es el espacio perfecto para una escapada familiar o romántica. Desconectarse, relajarse y deambular por los senderos locales, las bodegas y las cascadas, o simplemente pasar el rato en la granja. El visitante siempre es el único huésped.
Hay una cocina rústica al aire libre. Los propietarios ofrecen una tienda autoservicio equipada con productos de la granja, que incluyen huevos, carne, miel y dulces y mermelada de jengibre.

Casi como Carry Bradshow

East Hampton es un pueblo ubicado en el condado de Suffolk, un destino concurrido por gran parte de los neoyorkinos más adinerados que tienen una casa en algún parte de esta costa. La bucólica postal del faro hace sentir que has viajado lejos. A solo diez minutos del centro, en el pintoresco parque del condado de Cedar Point, Terra Glamping se encuentra a poca distancia en automóvil de los mejores restaurantes y boutiques de los Hamptons.
Treinta tiendas de campaña estilo safari miran a través de la bahía hacia Sag Harbor y Shelter Island. Cada una cuenta con un porche para observar las estrellas, un colchón de ensueño, ropa de cama de plumas y el mobiliario de una elegante habitación de hotel.

Hygge style

Una escapada inspirada en Escandinavia alberga tres microcabinas con estructura en A de nueva construcción, llamadas “Lushnas”. Las elegantes cápsulas triangulares ofrecen baños privados, así como ventanas de vidrio que dan a Windham Mountain. Eastwindn cuenta con cabinas independientes privadas con un espacio de salón con sofá cama además del dormitorio tradicional, un rincón para escribir, un frigobar y un baño en suite. La puerta triple se abre a una terraza privada y en el exterior cada unidad viene con un área de fuego privado, una ducha al aire libre y una hamaca para relajarse.
Eastwind nació en 2018 cuando un grupo de amigos adquirieron esta propiedad, una joya con vistas panorámicas de la montaña Windham en Catskills. Eastwind fue remodelado y construido con amor personal de sus dueños. Y se nota.