SEBASTIÁN FIRPO: “OJALÁ ESTE LOGRO SE PUEDA CAPITALIZAR DE ALGUNA MANERA”

El reconocido exvoleibolista nicoleño, olímpico en 1996 y 2000, habló sobre el histórico Bronce que la selección consiguió en Tokio 2020 luego de 33 años. “Para el vóley fue importantísimo el logro, y un mérito absoluto del plantel, que tuvo que atravesar innumerables inconvenientes en la previa”, analizó el “Chino”.

El “Chino” Firpo, un nicoleño que marcó a fuego su nombre en el vóley nacional.      

EZEQUIEL GUISONE
secciondeportes@yahoo.com.ar

La selección argentina de vóley consiguió en Tokio subirse al podio olímpico después de 33 años, igualando aquel histórico bronce de Seúl 88. La última vez que Argentina había llegado a semifinales de un Juego Olímpico había sido en Sidney 2000, donde realizó una gran campaña pero terminó cayendo en semifinales ante Rusia y en el choque por el tercer puesto frente a Italia. En ese equipo tenía su lugar el nicoleño Sebastián Firpo, que ya había debutado a nivel olímpico cuatro años antes en Atlanta, y compartía aquella inolvidable generación con jugadores de la talla de Hugo Conte, Javier Weber, Marcos Milinkovic, Leandro Maly o Pablo Meana, por mencionar algunos en aquel plantel conducido por Carlos Getzelevich.

“Es difícil explicar lo que se vive en un torneo así”, expresó el “Chino” en un diálogo que mantuvo en el programa “La Deportiva” de Radio U 89.9. “Como deportista, estás planificando cuatro años de tu vida y haciendo una apuesta, porque nadie te garantiza que te lesiones un día antes de la lista y no puedas ir. Dejás un montón de cosas de lado y planificas cuatro años eligiendo en qué clubes jugar, cómo te movés, cómo te entrenas, cómo te cuidas, para poder llegar a ese evento”, agregó el armador, y recordó: “No me olvido cada vez que ibas al comedor o caminabas por la villa; son 10.000 o 12.000 atletas que son los mejores de todo el mundo, la atmósfera que se vive alrededor es impresionante, la gente, hay como una vibra distinta, más de disfrute, más familiar, más de compartir. Tiene una mística distinta. Y para el atleta, sobre todo para los deportes que no son ‘hiperprofesionales’, es la expresión máxima que pueden alcanzar”.

Similitudes

Respecto del equipo en Sidney y de este certamen en Tokio, Firpo opinó que fueron dos torneos “parecidos”. “Nosotros le ganamos un partidazo a Brasil en cuartos de final, y en las semifinales estuvimos muy cerca contra Rusia, siempre arriba en todos los sets. Pero en el bronce frente a Italia estuvimos lejos y perdimos 3-0. Fue muy parecido a lo de este año: los cuatro de nuestra zona clasificaron a semis. Estuvimos cerquita”, recordó el nicoleño.

Cuando se lo consultó por el bronce que consiguieron los chicos argentinos días atrás en Japón, se deshizo en elogios: “Fue una gran alegría ver jugar al equipo de la manera que jugó. A la gran mayoría de los chicos los conozco, con algunos compartí vestuario, con otros jugué en contra en la Liga en sus inicios. Una alegría enorme. Y para el vóley fue importantísimo el logro, ojalá se pueda capitalizar de alguna manera. Fue un resultado que para muchos de los jugadores de los más grandes, sobre todo De Cecco, Solé o Facu Conte llegó como en el momento cúlmine de sus carreras al máximo nivel. Creo que el equipo logró una consolidación a través de los momentos de crisis que debieron afrontar. Muchos tuvieron covid y cuando empezaron la VNL (Voley Nations League) eran 8 o 9, no juntaban ni para entrenar. Estuvieron 82 días en total concentrados en burbuja, con los altos y bajos que tiene tanto tiempo de convivencia. Fue un mérito absoluto de ellos”.

Capitalizar el bronce

Durante la nota hizo hincapié varias veces en esta frase. Y al ser consultado por ello, Firpo sentenció: “Mucho tiene que ver la dirigencia que solemos sufrir en los deportes. Cuando te ponés a ver los resultados que no se capitalizan, gran parte tiene que ver la dirigencia de las Federaciones, de varios deportes, no solo el voley. Un poco es eso, y otro poco también que no vivimos en un país con una cultura olímpica, porque los Juegos Olímpicos son la culminación de una preparación de cuatro años, y para eso necesitás mucha planificación, mucha gente atrás. Si bien están el Enard, el COA y la Secretaría que ayudan, muchas veces no es suficiente. No es casualidad tampoco que los que generalmente consiguen medallas son deportes que vienen de la modalidad de clubes, que todavía existe en la Argentina rinde sus frutos, porque la mayoría de los chicos entra a los clubes pensando en deportes de conjunto, y son los deportes que por ahí están más arriba a la hora de competir o de pelear por una medalla. Después siempre tenés una Pareto, un Crismanich o un Lange que se pueden gracias a Dios de alguna manera ‘salir del molde’, pero los deportes donde más tenemos posibilidades siempre son los que surgen del semillero de los clubes”.

En ese sentido, el nicoleño mencionó como ejemplos de “capitalización” el “Tener una Liga Nacional más fuerte, con más participación de clubes, fomentar la Liga Femenina con mayor relevancia, plantear una Liga que sea un poquito más Federal, más ‘larga’  para que puedan competir mucho más, incentivar a más jugadores a poder jugarla, y con un aparato de marketing atrás que pueda darle recursos y sea más atractiva para el televidente también. Se puede apalancar desde muchos ángulos, las intendencias o las gobernaciones también pueden usar los equipos que tienen en sus localidades para fomentarlos con las escuelas. Yo empecé a jugar así, cuando Castellani jugó en Somisa hacían clínicas; yo por estar todo el día en el club terminé haciendo la clínica, y pasé de jugar al fútbol a jugar al vóley porque me entusiasmó esa charla y cómo se hizo. Por supuesto que el alto rendimiento es la punta de la pirámide, después tenés que trabajar mucho en las bases, darles apoyo a los clubes, capacitar a los entrenadores, y tantas otras cosas más”.

San Nicolás

En este sentido, remarcó que nuestra ciudad “no escapa a lo que pasa en el resto del país”. “Conozco bien la realidad que hay en el vóley local. Sigo en contacto siempre, sobre todo con Leo Bancalari, que terminó él como entrenador en Regatas como para poder enseñar de alguna manera a cierto nivel. Conozco la realidad y es lamentable. Si a un chico no le brindás todos los fines de semana la posibilidad de competir, de jugar, de medirse contra otros, de mejorar, es difícil mantenerlo, motivarlo a que siga, que mejore. Y en las ciudades chicas como la nuestra tenés también la barrera de los 18 años, cuando migran hacia otras ciudades por el tema de la universidad, entonces se hace difícil completar un equipo de Primera. Hay mucha necesidad de gente idónea y de una buena planificación. No necesariamente tenés que tener muchos recursos, pero sí ganas de trabajar para el deporte y no para egos o para ambiciones personales. La clave pasa por ahí”.