jueves, 6 febrero, 2025
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¿Por qué es tan difícil dejar de fumar?

ADICCIÓN QUE SE PUEDE SUPERAR

Un médico experto en tabaquismo explicó los principales desafíos que se presentan para aquellas personas que desean dejar de fumar y los tratamientos médicos más adecuados para alcanzar el objetivo. En Argentina mueren unas 45.000 personas por año por enfermedades relacionadas con el tabaco.

cigarrillo fumar

De la redacción de EL NORTE
redaccion@diarioelnorte.com.ar

El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Cada año mueren casi 8 millones de personas como consecuencia del tabaquismo.

En el país, según datos de Ministerio de Salud, mueren unas 45.000 personas por año por enfermedades relacionadas con el tabaco, es decir, el 14% de todas las muertes en el país.

Asimismo, la mitad de las personas fumadoras mueren de una enfermedad relacionada con el consumo de tabaco y viven en promedio 10-15 años menos que las no fumadoras.

A pesar de contar con números que alarman, los testimonios generales de las personas que desean dejar de fumar demuestran que es una tarea difícil y en una gran cantidad de casos resulta extremadamente frustrante. El tabaco es una droga y como tal es difícil dejarla.

La nicotina es la principal droga adictiva que hay en el tabaco, que hace que sea tan difícil dejar de fumar. Los cigarrillos están diseñados para hacerle llegar nicotina al cerebro rápidamente y allí desencadenar la liberación de sustancias químicas que lo hacen sentir alegría, felicidad y, en algunos casos, picos de adrenalina.

Esteban Chilelli, médico especialista en Tabaquismo del Sanatorio Modelo de Caseros, se refirió a las estrategias médicas más efectivas para acompañar a los pacientes que quieren liberarse del tabaco.

“Numerosos estudios médicos demuestran que el organismo empieza a mejorarse inmediatamente al dejar de fumar, aunque haya fumado varios años y, al mismo tiempo, prolonga la sobrevida aun en personas de más de 65 años”, introduce Chilelli y explica que “existen cuestiones orgánicas, psicológicas y culturales que convierten al proceso de liberarse del hábito de fumar en algo complejo”. Sin embargo, en sus largas décadas de experiencia, reconoce que los pacientes que acuden a un tratamiento profesional logran dejarlo y, a su vez, sostener la decisión de no fumar en el tiempo.

Las estrategias

“Como para cualquier otra adicción, para dejar de fumar, se indica un tratamiento médico con terapia cognitiva y conductual sostenido en el tiempo que incluye psicofármacos cuando la resistencia o gravedad del caso lo requiere”, asegura.

Y arroja un dato: “Los pacientes que tienen ayuda con un tratamiento médico tienen casi un 30% más de probabilidad de lograrlo que aquellas personas autodidactas que no cuentan con apoyo profesional”. Y pone de ejemplo a una persona que decide escalar el Aconcagua sin guía de montaña y sin el equipo deportivo adecuado, con otro que tiene el mismo objetivo y cuenta con las herramientas adecuadas.

Entre las dos grandes consecuencias que ocurren cuando se deja de fumar aparece la abstinencia y la compulsión por fumar. “Con los tratamientos esto disminuye y los pacientes casi no sienten ese problema”, confirma.

Con relación al tiempo promedio que lleva dejar de fumar, dice que el promedio son tres meses: “Cualquier terapia farmacológica y no farmacológica está demostrado que más o menos tiene que ser más de dos meses. Y recién se considera éxito de cesación tabáquica al año, ya que existen varias etapas: después de la acción propiamente dicha de dejar de fumar viene otra etapa que es la de mantenimiento que se prolonga por 12 meses”. A su vez, en consultorio cuenta que atiende a sus pacientes cada 15 días durante tres meses.