NUEVO MAPA DE USURPACIONES DE TIERRAS BONAERENSES

RECLAMO DEL SECTOR INMOBILIARIO A KICILLOF

Las mayores tomas de tierras se concentran en La Plata y La Matanza. En Moreno y Lomas de Zamora hubo desalojos tumultuosos en la última semana. Desde la izquierda aseguran: “vamos por más terrenos”. Los funcionarios sostienen que el conflicto por falta de viviendas “no se espiralizó”.

Vuelven a preocupar las usurpaciones de tierras. WEB

En la provincia de Buenos Aires las tomas de tierras vuelven a ser una preocupación para el gobernador Axel Kicillof; su ministro de Seguridad, Sergio Berni; y Andrés “Cuervo” Larroque, el ministro de Desarrollo de la Comunidad y encargado de desactivar estos conflictos. En cada uno de los distritos del conurbano bonaerense hay usurpaciones activas o intentos de asentamientos casi a diario.

Este año, a diferencia del anterior durante el pico de la primera ola del COVID-19, no son usurpaciones de grandes extensiones, como las 120 hectáreas en Presidente Perón, en la localidad de Guernica; o el predio de 160 hectáreas del Club de Planeadores, en La Plata; que sigue activo. Las actuales tomas son de menor envergadura, pero se replican de manera constante.

Hechos violentos

Algunas de ellas degeneran en hechos muy violentos. Ejemplo de esto fueron los desalojos llevados adelante por la Policía bonaerense, bajo orden judicial, en Lomas de Zamora y Moreno. En esos casos, los más recientes que se conocen, terminaron con heridos, detenidos y un patrullero roto.

Un cuarenta por ciento de las tomas se judicializan, la otra mitad no. Son impedidas por vecinos, por las autoridades municipales, o por la Policía, que actúa desalentando la maniobra al ser alertada sobre el delito en curso.

“Los últimos 150 días sentimos una escalada de tomas importantísima y preocupante en todo el país, principalmente en el Conurbano bonaerense y La Plata (…) Inclusive en algunas tierras donde se están preparando por sus legítimos dueños para un loteo privado y otras de propiedad estatal, donde, sin mediar aviso alguno y de madrugada, llegan camiones con familias conformadas de distinta manera a las cuales se les suman los aprovechadores de siempre. Demarcan una zona, ponen unas chapas y maderas para marcar territorio y decir ‘esta parcela es mía’”, expuso en un duro e inusual comunicado la Cámara Inmobiliaria de la provincia de Buenos Aires firmado por su vicepresidente Marcelo Babenco. El extenso escrito es uno de los tantos testimonios del recrudecimiento de las usurpaciones bonaerenses.

Por su parte, el 11 de junio pasado, el Centro Industrial y Comercial de Avellaneda también expresó su repudio ante la proliferación de usurpaciones en ese distrito y en sus alrededores con una carta a la comunidad en la que expresa: “Ante los hechos que son de público conocimiento, relacionado a la toma de tierras realizadas ilegalmente, con mucha preocupación manifestamos: reconocemos la existencia de una problemática habitacional endémica que debe ser atendida mediante políticas concretas de acceso al suelo y a la vivienda por parte de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Rechazamos de manera contundente la metodología de usurpación de terrenos, como herramienta para la obtención de tierras. La necesidad no justifica estar al margen de la ley (…) Repudiamos totalmente las agresiones sufridas por las fuerzas de seguridad, quienes exponen su integridad física en pos de garantizar el cumplimiento de la ley”.

El escrito fue publicado una semana después de al menos tres tomas simultáneas en el distrito y el día posterior a que el Concejo Deliberante de Avellaneda, territorio político del ministro de Vivienda, Jorge Ferraresi, aprobara, sin previo debate, una ordenanza que establece que los dueños de terrenos vacíos o con edificaciones frenadas tienen un plazo máximo de ocho años para construir o terminarlas. Si no lo hacen, el municipio puede declarar la utilidad pública y expropiar.

En diálogo con Infobae, funcionarios provinciales reconocen que algunas tomas están motorizadas por organizaciones sociales o partidos de izquierda que buscan rédito anclados en una demanda por la falta de viviendas, o la pérdida de techo al no poder seguir abonando un alquiler ante la falta de trabajo. Aseguran, también, que “no hay una espiralización de tomas”.

En los tribunales de La Plata, en los últimos dos meses se registraron treinta y cinco denuncias por usurpaciones de predios privados.