viernes, 21 marzo, 2025
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Máximo Thomsen dio su versión sobre el crimen de Fernando Báez Sosa

El nombre más complicado y mediático dentro del grupo de rugbiers que provocó el fatal crimen a la salida de un boliche en Villa Gesell busca dar su punto de vista en una entrevista exclusiva, recordando a partir de su relato lo que pasó la fatídica noche de enero del 2021

Máximo Thomsen, condenado a cadena perpetua por el asesinato de Fernando Báez Sosa en la madrugada del 18 de enero del año 2021 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell brindó una entrevista exclusiva con Telenoche, en donde busca dar la versión de los hechos bajo su punto de vista. Es un hito en el caso porque en todo este tiempo de perpetrado el hecho, ninguno de los implicados habló ni dio sus razones de lo que pasó en aquel entonces.

Este accionar de Thomsen va de la mano con su desligamiento con el grupo de rugbiers luego que se dictara su condena. En aquel entonces rechazó el trabajo de Hugo Tomei, quien había sido el abogado de todo el grupo desde el comienzo de la causa, y pasó a ser defendido por Francisco Oneto, excandidato a vicegobernador bonaerense de La Libertad Avanza, cuando acompañó a Carolina Píparo en la fórmula en las elecciones 2023. Fue entonces que el joven condenado a prisión perpetua pidió volver a declarar ante la Justicia con su nuevo asesoramiento legal y desentendiéndose del resto del grupo.

De los anticipos de la entrevista, trascendió que Thomsen pidió perdón, pero rogó a la Justicia que no le imputen cosas “que hicieron otros”, una manera de acusar a sus compañeros. Además, habló de la víctima. “Rezo todas las noches por Fernando”, aseguró. “Me desahogué mucho, hace cuatro años que esperaba este momento”, sostuvo.

“Queríamos salir, ya habíamos ido dos años anteriores. siempre íbamos a tomar a la tarde y a la noche y salir era el plan inicial, siempre, a divertirnos, tomar alcohol la playa, hacer previa y salir”, dijo Thomsen, que dijo haber llegado borracho al boliche Le Brique.

Sobre la noche del crimen, insistió con que Báez Sosa inició la pelea dentro del local nocturno. “Yo lo que me acuerdo es que yo estaba agarrado de la barra, de espaldas a la pista y siento que alguien se había caído encima. Era Matías [Benicelli], que se estaba agarrando la cara. Me doy vuelta, le pregunto y me dice que le pegaron. Ahí al toque agarra un seguridad, lo levanta del cuello. Yo le digo ‘por favor, dejalo que lo vas a matar’ y me dice ‘¿qué sos? ¿el amigo’? le digo que sí y dice ‘bueno, sáquenlo a él también'”, expresó Thomsen, que negó haber participado de la pelea dentro de la discoteca.

Y apuntó a Báez Sosa por la pelea. “En ese momento desconocía quién le había pegado a Matías, después me enteré que fue Fernando que le había pegado a él. Después me enteré que Matias estaba separando a él con otra persona que nunca supe quién era, los estaba separando. Y cuando le puso la mano en el pecho y se ve que se había sentido amenazado y le pegó una piña en la frente”, añadió.

Dijo que él no fue a planear represalias contra Báez Sosa. También apuntó a sus amigos por haber protagonizado otra pelea afuera del local. Si bien las cámaras lo tomaron pasándose el dedo por el cuello, como insinuando venganza, él dijo este martes: “No fue un gesto de amenaza, yo me quiero sacar al seguridad del cuello, yo no tuve contacto visual con Fernando”.

Además de Thomsen, también Enzo Comelli, Matías Benicelli, Luciano Pertossi y Ciro Pertossi recibieron prisión perpetua en febrero de 2023, por el crimen de Báez Sosa. También recibieron sentencias Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi a 15 años de cárcel como partícipes secundarios del homicidio.

De ese grupo, Thomsen pareció alejarse este martes con sus declaraciones televisivas. “Con el grupo que fuimos a Gesell, sólo íbamos de vacaciones. Era un grupo ocasional. Tengo muchos grupos de amigos, algunos del colegio y otros de la universidad, éste era un grupo sólo para ir de vacaciones”, indicó el rugbier en declaraciones con El Trece.

Sobre las salidas nocturnas en Zárate, señaló: “Pasaba que en Zárate era muy normal salir afuera y dos o tres peleas había, seguro. Con baldosas, cuchillos, armas. Era una cuestión difícil. Me he peleado, no es algo de lo que esté orgulloso. Lo traté con psicólogos. No es lindo lo que pasa hoy en día: afuera del boliche hay muchas peleas. O aprendés o te van a pasar por arriba”.

Despegó al rugby como condicionante de la violencia y resaltó que transmite “valores hermosos”. Dijo que la violencia, en realidad, es “una cuestión social”.

Al rugbier, apuntado como el principal agresor de Báez Sosa, lo involucró una contundente evidencia presentada por la fiscalía: la huella de una zapatilla, con un diseño particular de zigzag, que quedó impresa en el rostro de Fernando producto de la furia de la patada que le propinó.

Todos los videos de las cámaras de seguridad y de testigos que filmaron lo ubican en la escena del crimen. Fue sacado por la fuerza del boliche Le Brique y está señalado por la Justicia como quien le dio la patada mortal en la cabeza a Fernando cuando estaba “de rodillas sobre el suelo” y quien dijo a viva voz: “Quedate tranquila que me lo voy a llevar de trofeo”.

Esta zapatilla, además, presentaba manchas de sangre que coincidían con el ADN de Báez Sosa. “Superpusimos las imágenes, la extraída de la suela y la del rostro de la víctima. Y así establecimos la correspondencia. Coincidían los doce zigzags, líneas ascendentes y descendentes, y un patrón particular que acompaña una línea curva. El hematoma calza perfecto con la línea del calzado”, dijo delante del Tribunal Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal de Mar del Plata.

Al menos cinco amigos de Fernando, muchos de los cuales también recibieron golpes por el cordón que armaron los rugbiers para que nadie pudiera ayudarlo, lo identificaron en las ruedas de reconocimiento.

Horas después del crimen, fue a comer a un local de McDonald’s con Lucas Pertossi como si nada hubiese sucedido.

Los jueces de Dolores le dijeron a Thomsen que deberá pasar preso los próximos 47 años de su vida (ya lleva cumplidos tres) hasta 2070, sin posibilidad de conseguir salidas transitorias ni lograr la libertad condicional.