GONZALO CAROU: “VA A SER UN BATACAZO PASAR DE RONDA”

Horas antes de partir rumbo a Tokio para sus competir en sus terceros Juegos Olímpicos, el capitán de la selección argentina de handball charló con “La Deportiva”, que se emite por Radio U. “Nos propusimos estar entre los ocho, ese es nuestro objetivo”, remarcó quien disputó once mundiales con la camiseta argentina. El objetivo no será fácil: estarán en el “grupo de la muerte”.

“Estoy haciendo el bolso, mi vida es un despelote en este momento”, tiró entre risas Gonzalo Carou en el inicio de la nota que los periodistas del programa radial “La Deportiva” (Radio U 89.9, lunes a viernes de 19 a 21) concretaron en la tarde del martes, en la previa del viaje de la selección argentina de handball rumbo a Tokio. El capitán, de 41 años, entró en la historia al disputar a principios de este año en Egipto su undécimo Mundial con la camiseta albiceleste (el primero fue en 2001), y se prepara para vivir su tercer y último Juego Olímpico. “Este es el último, está claro. Es un encuentro de sabores. Pero es una alegría gigante poder despedirme de la selección de esta manera, sería mi retiro soñado. Esperemos esta vez podamos cumplir ese sueño que tenemos de pasar de ronda”, señaló el actual jugador de Puerto Sagunto de España. Contra ese gran sueño atentó el sorteo de los grupos: Los rivales serán Francia (23/7), Alemania (25/7), Noruega (28/7), Brasil (29/7) y España (1/08).

“Creo que estamos para eso, el problema terminó siendo el grupo que nos tocó. En España, que son bicampeones de Europa, hablaban de grupo de la muerte, y nosotros estamos ahí metidos. Pero no importa. Nosotros siempre queremos jugar con los mejores. Nos hubiese gustado jugar con los mejores en la segunda fase, pero es lo que tocó. Hay que darle para adelante, enfrentarnos a todos como siempre hicimos, que pasen de a uno a ver si aguantamos las trompadas y ojalá que se nos dé, sabemos que va a ser un batacazo gigante poder pasar de ronda, pero nos propusimos eso, estar entre los ocho, y nuestro objetivo tiene que seguir siendo ese hasta que tengamos chances”, aseguró Gonzalo.

“A la gente que no es ‘del palo’ le cuesta dimensionar esos pasos que tenemos que dar, que son pasos de gigante. Pero lo bueno es eso, que a nivel mundial ya se nos respeta, se nos mira, se nos estudia, y saben que si no trabajan bien nuestro partido pueden perder. Antes no era así. Para nosotros es hermoso ver cómo te reconocen, te saludan, te respetan… y te tienen ese respeto fuerte que demuestra lo que creció el handball argentino en los últimos años”, opinó luego desde la más absoluta autorización que le brinda el haber vivido desde adentro este proceso de crecimiento de 20 años a esta parte. “Ese crecimiento lo vemos, afuera y acá en Argentina. Lo de las redes sociales ayudó un montón. En su momento para nosotros llenar una cancha de 3 mil personas era un sueño, y hoy en día nos ponen Tecnópolis y lo llenamos, San Juan fue impresionante, y todas las canchas que nos ponen van quedando chicas. Eso habla de lo que crecimos, y ojalá siga así, que las canchas nos sigan quedando chicas y nosotros rindamos para seguir vendiendo este deporte que está creciendo rápidamente”, expresó el pivot.  

Un sueño, pero no el primero

Carou definió el hecho de estar en un Juego Olímpico como “un sueño”, pero antes aclaró: “Lo primero que quería yo era jugar un mundial de fútbol. Cuando fui creciendo me di cuenta de la dimensión que tiene un Juego Olímpico. Obviamente el fútbol es el fútbol, pero un Juego Olímpico es una cosa increíble. Y vivirlo, verlo, soñarlo, estar esperando estar ahí, creo que el haber quedado dos veces afuera perdiendo la final de la clasificación, sobre todo en 2003, hizo que tenga más ganas todavía. Al final se me dio”. “El Carou de 20 años soñaba con un Juego Olímpico; todos me decían que estaba loco, aparte el handball no había clasificado nunca, decías handball y todos te decían que lo jugaban en el colegio… y de golpe llegás. Argentina se enfrenta ahora con los mejores del mundo”, expresó  

La “nueva camada”

“Los veo bien. Cuando hay un grupo de buenos jugadores que van cumpliendo y van creciendo, siempre se teme el tema de la renovación. En su momento un Leo Querín, un Negro García, Vieyra, Vidal, los Portela, parecía que iban a ser difíciles de reemplazar, mismo Mati Shultz, parecía que si se iba Mati no se sabía qué iba a pasar en el arco. Sin embargo, Leo Maciel siguió mostrando que es un arquero enorme, Juancito Bar no se amedrentó, estuvo un año prácticamente parado y lo que hizo en el mundial fue increíble. Y cuando nos vayamos Seba (Simonet) y yo está el puesto más que claro y garantizado, Mouriño, Moscarello en un nivel impresionante, Mosca lo que mostró en el último mundial y Mou lo que está creciendo año a año es muy bueno. Y lo mismo para Seba: aparece Pedro Martínez, que hace un par de años no estaba en el radar de nadie. Se nota que hay un recambio, y es muy lindo verlos y ver las ganas que tienen de sacarnos a nosotros de la selección”, tiró el capitán.

Camaradería

“Hubo un cambio generacional con la llegada de Dady (Gallardo) en 2008, con un grupo que se iba y otro que estaba entrando, una camada de jugadores muy buena y muy graciosa, se lleva bien con la gente que ya no es tan joven. La pasas bien ahí, es un grupo que te divertís, pasás un buen rato, y eso ayuda mucho porque en las buenas es todo muy fácil, pero en las malas es complicado, muy cuesta arriba”, respondió Carou cuando se lo consultó sobre el espíritu de estos gladiadores puertas adentro. “Cuando tenés esa buena relación con tus compañeros es todo mucho más llevadero, porque si estás mal de ánimo estamos todos en la misma, nos miramos y sabemos que tenemos que tirar para adelante, eso hace que el grupo siga queriendo, siga intentando, y hace que al final sea un grupo de amigos. Algunos con mil batallas, otros con menos, pero es muy lindo compartir vestuario y vivencias”, agregó.

Por último, sabe que en la época de Juegos mucho público nuevo se acerca al deporte. Lo tiene claro, y “lo vende”: “Tienen que darle la oportunidad al handball. Es un deporte muy dinámico, hay mucho golpe, mucho contacto, creo que las últimas reglas favorecieron este show, un ida y vuelta constante, creo que es mucho más dinámico que el fútbol o que el básquet. Hay 60 goles por partido, golpes, de todo. Creo que si le das la oportunidad al deporte se van a enganchar, porque es muy entretenido. Ojalá con los nuestros triunfos enganchemos a más de uno”.