sábado, 15 febrero, 2025
Edición Diaria
Edición N°

“El milagro de la curación ética”

HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (Mt 15, 21-28).

Por el Monseñor Norberto Hugo Santiago
Obispo de la diócesis de San Nicolás

“Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: ‘Señor, Hijo de David, ten piedad de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio’. Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: ‘Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos’. Jesús respondió: ‘Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel’. Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: ‘¡Señor, socórreme!’ Jesús le dijo: ‘No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros’. Ella respondió: ‘¡Y sin embargo, Señor, lo cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!’ Entonces Jesús le dijo: ‘Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo! Y en ese momento su hija quedó sana.
Palabra del Señor.

La fe: conocimiento y confianza

La fe tiene dos aspectos, uno relacionado con el conocimiento, ya que significa conocer a través de un testigo que es veraz y no nos miente, que nos habla de una realidad que no conocemos pero que él sí conoce. Es el caso de Jesús que, siendo el Hijo de Dios nos habla de su Padre y nos dice que Él es el camino, es decir, el estilo de vida a seguir que nos lleva a una vida digna para todos y a un destino feliz. La otra dimensión de la fe es la confianza, es el caso de esta mujer que le pide a Jesús que cure a su hija, aunque ella no forma parte del pueblo judío, a quienes se dirige Jesús de manera especial porque son el Pueblo elegido por Dios. Esta mujer ha intuido la bondad de Jesús que se conmueve ante los más necesitados y ha sentido hablar de su poder para hacer milagros, razón por la cual lo siguen multitudes; estas dos razones la bondad y el poder de Dios que muestra Jesús, la hacen confiar en que curará a su hija. Estas convicciones la mueven a la audacia de pedirle e incluso de insistirle en el diálogo que entabla con el Señor. Jesús constata su fe, su confianza, incluso su humildad, y cura a su hija.

La fe: ir más allá de lo razonable

Otra nota de la fe en Jesús como Dios, es que la fe se caracteriza por ir más allá de lo razonable, de lo lógico, de lo que está al alcance de nuestro conocimiento y de nuestro poder. Una vez más hemos llevado a nuestro país hacia un panorama “negro”, ya que vivimos un desafío que parece desbordar nuestra capacidad y desde el punto de vista económico va causando que muchos comercios e industrias se paralicen, que mucha gente se transforme en pobre, en indigente y que no sepa de donde va a dar de comer a sus hijos. La situación de nuestro país se parece a la escena que pinta el Evangelio de este domingo: mientras unos pocos derrochan, una multitud pide migajas para alimentarse, por eso hay que elevar la mente a Dios y pedir el milagro de su intervención para darnos una mano en una situación que en muchos casos es desesperante. Necesitamos la humildad de esta mujer, porque pedir requiere humildad; necesitamos su confianza en Jesús, porque la confianza es necesaria para que el milagro sea concretado por Dios. Si nos disponemos bien, Jesús va a sanar un estilo de conducción que ha llevado al hartazgo a nuestro pueblo, va a abrir nuestros ojos para que conozcamos como debemos vivir y luego nos va a decir: “no tengo otras manos que las de ustedes, sanos, pueden solucionar el problema ético que impide el bien común”.

Pedir el milagro de la curación ética

La corrupción que lleva a la inequidad es la enfermedad a sanar en nuestro país. Como ejemplo de “hombre sano” que muestra el camino de salida, vale la pena citar a Muhammad Yunus, catedrático de Economía, “Premio Nobel de la paz”, que se preguntó si la economía podía tener una función social y viendo que las mujeres pobres de la India llevaban la economía de sus casas con responsabilidad y tenían buena disposición, creó el “Banco de los pobres”; un microcrédito, más capacitación, para un micro emprendimiento, llevado adelante por un grupo solidario. Cuando alguno del grupo no podía pagar la cuota de devolución del microcrédito se evaluaban las razones y luego los miembros debían organizar un beneficio en conjunto para que el más carenciado pudiera devolver la cuota. Si se devolvía solidariamente el dinero, al año siguiente el microcrédito era el doble del dinero que el Banco había otorgado la primera vez. Así surgieron emprendimientos de una magnitud mayor, así este catedrático recrea el antiguo sistema de las “cooperativas”, y poco a poco estas mujeres, no sólo superaron la pobreza, sino que se entusiasmaron en una empresa común. El único escollo que hay que superar para que emprendimientos de este tipo sean posibles es la corrupción y el “sálvese quien pueda”. Para superarlo, el milagro está en aprender a “jugar en equipo con honestidad”, tener un objetivo común, llevado de manera solidaria y responsable por todos, privilegiando a los más desvalidos. Ese es el milagro que, con humildad y confianza le tenemos que pedir a Jesús en este delicado momento nuestro.
Buen domingo.