jueves, 6 febrero, 2025
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¿El bullying puede enfermar?: Señales de alerta para padres y docentes

Luego de que se conociera que un colegio de Mar del Plata deberá indemnizar a una alumna por el acoso que sufría en el establecimiento, que la llevó a padecer episodios de epilepsia, cuáles son los signos que indican que un menor está siendo hostigado por sus pares.

Calvo: “La violencia y las emociones fuera de control son señales alarmantes de que algo no está funcionando adecuadamente en cómo los niños y adolescentes hoy están aprendiendo sobre el tema”.

Es verdad que de un tiempo a esta parte, padres e instituciones educativas están atentos a las situaciones de bullying que puedan darse entre los menores. Sin embargo, pese a la visibilidad mediática que toman algunos casos, aún muchos, hay docentes y autoridades que desconocen los llamados de atención, o directamente ignoran los pedidos de ayuda de los propios damnificados.

Es lo que ocurrió en Mar del Plata, donde los directivos del Instituto Galileo Galilei deberán pagar una indemnización de más de 6 millones de pesos en favor de una exalumna que comenzó a sufrir epilepsia por el constante bullying de algunos de sus compañeros de cuarto año de la secundaria. Así lo determinó la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de la ciudad balnearia.

Según medios locales, la estudiante padeció “episodios de hostigamiento, abusos, abucheos, silbidos, gritos y críticas por parte de los compañeros” que también incluyó “ultrajes físicos” contra la chica “como empujones y trabas para que se tropezara”. Otras de las “bromas” fue escribirle el suéter con un marcador, colocarle chicle en el pelo y derramar gaseosa en su cabeza.

Como resultado de las repudiables prácticas de los compañeros hacia la chica, que incluían llamarla de manera despectiva como “tragalibros” o apartarla de los grupos de WhatsApp, ella comenzó a padecer convulsiones y, según los profesionales que la trataron, la diagnosticaron con epilepsia por los eventos “perturbadores” a los que fue sometida por sus excompañeros.

¿Qué es el bullying y cómo puede afectar la salud?

Según Unicef, cuando se habla de bullying o acoso escolar se hace referencia a una persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada. Esta misma acción también puede tener lugar en Internet, por lo cual es denominado como ciberacoso o ciberbullying.

“El bullying es una forma de violencia que puede darse entre niñas, niños y adolescentes, y que consiste en la búsqueda intencional, deliberada y reiterada de hacer sentir al otro humillado. Para que ese otro se sienta humillado tiene que haber espectadores que apoyen a quien lo hace y no protejan o no salven a quien es puesto en ese lugar”, afirmó la licenciada en Psicopedagogía María Zysman, fundadora de Libres de Bullying.

Alejandro Castro Santander es escritor, investigador y psicopedagogo institucional, y definió al bullying como “el acoso físico, verbal o social que uno o varios estudiantes realizan a uno o varios compañeros. Cambiando el ámbito (escolar) y los involucrados (estudiantes), cuando hablamos de violencia, nos referimos a dominio-sumisión, abuso de poder, daño reiterado en el caso del acoso -agregó el experto-. Las grandes diferencias ocurren en relación con las edades, pero el fenómeno es similar. Podríamos utilizar para esta comparación el fenómeno de violencia que llamamos mobbing o acoso laboral, que en los ámbitos de la salud y la educación son cada vez más frecuentes entre los adultos”.

Para el doctor en Psicología y docente Flavio Calvo (MN 66.869), “es evidente que existe una urgente necesidad de abordar la educación emocional y la gestión de las emociones en nuestros colegios. La violencia y las emociones fuera de control son señales alarmantes de que algo no está funcionando adecuadamente en cómo los niños y adolescentes hoy están aprendiendo sobre el tema, siendo modelados muchas veces por lo que ven y aprenden de Internet. Es fundamental brindar a nuestros estudiantes las herramientas necesarias para que aprendan a manejar sus emociones, a resolver conflictos de manera pacífica y a cultivar la empatía hacia los demás”.

Sobre el caso Mar del Plata, Castro Santander opinó que “hay situaciones muy crueles, muy persistentes no solamente de uno contra otro, sino a veces grupales, que se dan absolutamente en todos los ámbitos y no solo en la escuela, y que puede darse fuera de ésta a través de las redes sociales”.

Y tras asegurar que “todo ese acoso y hostigamiento pueden generar cuadros de estrés muy grandes”, el experto remarcó: “En este caso se habla de epilepsia. Se desconoce si había una predisposición y el pico de estrés terminó por desencadenar la patología, lo cual no disminuye la gravedad. Frente a un clima muy hostil se puede desencadenar un estrés muy importante y esto llevar también en algunos casos lamentablemente al suicidio”.

Con él coincidió Zysman, quien reconoció que “el bullying puede generar cuadros de estrés gravísimos e incluso agravar cuestiones de salud preexistentes. Yo no podría asegurar que puede generar convulsiones, pero si hay un cuadro preexistente, lo incentiva”, sostuvo; al tiempo que destacó que “en chicas adolescentes, por ejemplo, suele ocurrir que a su ciclo menstrual se agreguen hemorragias extra causadas por el cuadro de estrés que ocasiona el bullying”.

Cómo reconocer a una víctima de acoso escolar

“Un niño, niña o adolescente que está siendo victimizado por sus pares, que está sufriendo bullying o lo está protagonizando cambia su comportamiento básicamente; es un chico que se apaga, que se le va al brillo de los ojos, que llora sin motivo, que deja de estudiar si es que era muy estudioso o se pone a estudiar mucho más para abstraerse de todo lo que sucede afuera, aparecen alteraciones del sueño, alteraciones en la alimentación, chicos que dejan de comer, que se ponen a hacer dietas sumamente estrictas, dañinas, porque muchas veces, como consecuencia del bullying buscan modificar su imagen corporal”, sostuvo Zysman.